BARCELONA 21 Oct. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la delegación socialista española en el Parlamento Europeo y exministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, ha asegurado este lunes que una eventual secesión de Cataluña sería un "fracaso" y que tendría consecuencias traumáticas para todos.
"Emocionalmente sería un quebranto, una generación de españoles no podríamos recuperarnos el resto de nuestras vidas", ha señalado en declaraciones a Ràdio 4 de RNE recogidas por Europa Press.
La independencia no sólo sería una fractura social que tendría consecuencias "económicas y comerciales incuantificables", sino que para los españoles sería un fracaso en términos históricos, ha sostenido.
Ha asegurado que es "evidente" que con una eventual independencia Cataluña se quedaría fuera de la UE, porque no es una unión de naciones autoproclamadas sino que agrupa a estados miembros, por lo que si un territorio se independiza, sale de la Unión.
Tras afirmar que para él la independencia es indeseable, ha asegurado que no sólo hay que apelar a argumentos económicos para combatirla sino "emocionales", y ha defendido el modelo federal que defiende el PSOE como fórmula para lograr el acomodo de Cataluña con el resto del Estado.
'DERECHO A DECIDIR'
"Nunca he aceptado que el 'derecho a decidir' sea la desembocadura de un principio democrático", ha señalado López Aguilar porque, en su opinión, la democracia no es elegir cualquier cosa de cualquier forma y en cualquier momento, sino hacerlo conforme a las reglas de juego.
Ante el inmovilismo del PP, ha abogado por una "reforma de la Constitución para decidir entre todos los españoles la singularidad de Cataluña en su seno".
Para López Aguilar, el 'derecho a decidir' que defienden el Gobierno catalán y ERC es un planteamiento equivocado, y ha asegurado que es tan "absurdo" como reconocer que Badalona (Barcelona) pudiese decidir la secesión unilateral del resto de Cataluña.
Ha destacado que los catalanes han venido ejerciendo el 'derecho a decidir' en democracia, desde el referéndum por el que se aprobó la Constitución hasta cada una de las elecciones autonómicas y los referéndums del Estatut de 1980 y 2006.