MADRID, 26 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Jefe del Grupo de Estupefacientes de la Comisaría de Avilés, conocido como "Manolón", indicó hoy, a preguntas del fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, que el acusado José Emilio Suárez Trashorras "nunca" le dijo que había personas árabes que estuvieran intentado traficar con explosivos. Así, explicó que éste no le habló de Jamal Ahmidan, alias "El Chino" o "Mowgli", ni mencionó a los acusados Rafa Zouhier y Rachid Aglif.
"No le vi ningún acto relacionado ni nadie me dijo que traficara", indicó exactamente. Añadió que el ex minero "nunca" le dijo tampoco que Ahmidan conociera a los etarras detenidos en la denominada Caravana de la Muerte.
Explicó, además, que tampoco sospechó que su confidente estuviera relacionado con el tráfico de dinamita y dijo que compañeros policías de Oviedo abrieron una investigación sobre Trashorras a este respecto y descartaron las sospechas existentes.
El testigo, que declaró con protección pasadas las ocho de la tarde, indicó que su confidente se refirió exclusivamente a "unos moritos" que traficaban con hachís. Tampoco le ofreció informaciones sobre las reuniones celebradas en el Mc Donalds ni le comunicó antes de los atentados la existencia de una finca en la localidad de Morata de Tajuña propiedad de los árabes.
"Manolón" detalló la relación que le unía a Trashorras y que comenzó a raíz de su detención y la de su ex cuñado Antonio Toro, durante la denominada "Operación Pipol", en verano de 2001. Durante la investigación, el ex minero se ofreció a dar información que pudiera llevar a la incautación de distintos alijos de sustancias estupefacientes a cambio de que se dejara en libertad a su ex cuñado.
A partir de ese momento se abrió una colaboración que llevó a la puesta en marcha de varias operaciones de aprehensión de drogas, aproximadamente una anual, que se saldaron con detenciones, entre ellas la de José Ignacio Fernández Díaz, alias "Nayo".
La primera vez que Trashorras le habló de "moritos" que traficaban fue a principios de 2004, agregó. Antes de eso hizo únicamente mención de un viaje a Madrid "para entregar un regalo a un moro amigo suyo que acababa de tener un hijo", explicó.
"Manolón", que indicó que "creía conocer" a Trashorras pero "no le conocía", explicó que en ocasión de ese presunto intento de tráfico de hachís por parte de los árabes su confidente no le dio ni teléfonos ni matrículas.
Poco después de esta confidencia, el ex minero le contó que su entonces mujer, Carmen Toro, le había echado de casa porque "le había visto con moros y no quería que fuera con ellos", indicó el testigo que explicó que no le dio a aquello "mayor importancia".
Otra de las menciones realizadas por Trashorras a sus amigos árabes estuvo relacionada con una compra de un vehículo, añadió el testigo. Relató que "uno de los moritos" había ofrecido vender a ex minero un coche y que él comprobó la fotocopia del DNI del vendedor para evitar que le engañaran. "Le pedí la fotocopia del DNI y no se correspondía el nombre con la cara", agregó el policía.
"HAN SIDO LOS MOROS"
El inspector relató además la continuas referencias realizadas por Trashorras a los "moros" tras los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid. Así, describió una conversación en la que Trashorras le insistió en que los responsables de la masacre "eran los árabes".
Tras varias menciones al mismo tema, aproximadamente el 14 de marzo, cuando los medios de comunicación ya hablaban de una autoría islamista de la masacre, Trashorras volvió a indicarle: "¿Ves como eran ellos?", dijo. Fue entonces cuando el policía inquirió sobre los motivos que llevaban a Trashorras a estar tan seguro y éste le contó que su amigo árabe le había dicho que "si no se veían en la tierra se verían en el cielo".
Trashorras le informó también de que a partir de las explosiones de los trenes había intentado en varias ocasiones ponerse en contacto con el árabe y no había conseguido que le cogiera el teléfono. A partir de ese momento Manolón decidió "avisar a Madrid", explicó. Tras el desplazamiento de los agentes a Avilés, y después de más de un día de interrogatorios se produjo la detención del asturiano.
En cuanto al elevado número de llamadas con Trashorras a finales de febrero y principios de marzo de 2004, "Manolón" indicó que tras los acontecimientos posteriores ha llegado a pensar que "estaba haciendo un control" sobre su persona. Explicó que intentó "rehabilitar" al asturiano y que "le tenía tanta confianza" que incluso buscó un trabajo para su mujer, Carmen Toro, en la empresa de su hijo.
"Manolón" detalló también que Trashorras le ofreció su agenda "a modo de regalo" y explicó que realizó fotocopias de la misma. Comunicó estos datos a los agentes enviados desde Madrid, agregó. A pesar de que en ella figuraban varios nombre árabes no le dio "mayor importancia", se justificó.
Hizo referencia, por último, a una carta enviada por el ex minero cuando ya se encontraba en prisión. "Me daba las gracias por todo lo que había hecho por él, por intentar sacarlo", indicó y añadió que "el pago ha sido caro".
LOFTI SBAI
En otro orden de cosas, el testigo Lofti Sbai, amigo de Rafa Zouhier, afirmó hoy ante el tribunal que éste estaba buscando a cualquier agente de la Guardia Civil para conseguir que éste testificara que había informado del tráfico de explosivos antes de los atentados de Madrid. También precisó que, tras el atentado, Zouhier le dijo que esperaría al fin de semana para informar de la posible vinculación de Jamal Ahmidan, alias 'El Chino', con la acción terrorista que se llevó a cabo en los trenes de Cercanías y los contactos que mantenía con el acusado José Emilio Suárez Trashorras.
De hecho, el testigo observó a Zouhier discutiendo dos días después de los atentados con el acusado Antonio Toro sobre esta cuestión. Así, explicó que Toro estaba ese día "muy nervioso" y que le replicaba a Zouhier que "no quería que le implicara a él con esa movida", en referencia al la perpetración del atentado por parte de una célula islamista.
El testigo, que afirmó que Zouhier estaba buscando a sus "amigos" de la Guardia Civil para aportar información al cuerpo después de los atentados de Madrid, indicó además que tras este encuentro y debido a la actitud nerviosa de Zouhier, éste le comentó que 'El Chino' le podría haber comprado un "montón de explosivos" a Trashorras.
El testigo explicó también que Zouhier le confesó posteriormente que Jamal Ahmidan "había participado en la movida de los trenes", y que tras el enfado de Sbai ante esta revelación, el acusado le aclaró que 'El Chino' "se había radicalizado" y se había convertido en un "islamista", pero que no imaginaba que fuera capaz de hacer "cosas tan malas".
Por ello, Sbai le aconsejó entonces a Zouhier que debía declarar sobre este hecho a las autoridades porque el atentado "no era ninguna tontería" y que había "muerto mucha gente por la cara". No obstante, durante esa conversación, el testigo indicó que Zouhier "le insinuó" que ya lo había hecho.
Relató también durante su comparencia que Zouhier se encontraba "muy asustado" el 14 de marzo del 2004. Este comportamiento suscitó las suspicacias del testigo porque Zouhier se encontraba muy "inquieto" en contraposición a su carácter "festivo". Posteriormente y al ser detenido Zouhier, el testigo concluyó la vinculación con el atentado. "Con razón estaba tan nervioso", señaló Sbai.
Además, dijo al tribunal que tenía indicios de que Zouhier era confidente de la Guardia Civil antes de los atentados porque en un encuentro con la policía vio como los agentes le trataron con ciertos privilegios.