OVIEDO, 31 Jul. (EUROPA PRESS) -
Más del 90% de los reclusos drogodependientes en la cárcel de Villabona presentan, al menos, un trastorno mental, según datos de un reciente estudio de la Universidad de Oviedo. Con motivo de ese trabajo, una investigadora asturiana conocerá de primera mano los tratamientos de desintoxicación más avanzados en EEUU. El objetivo es adaptar por primera vez una terapia de deshabituación que tenga en cuenta las patologías psíquicas y que pueda aplicarse en el entorno penitenciario.
Más del 75% de los reclusos españoles consumía drogas el mes antes a su ingreso en prisión, según la encuesta de 2006. Pero si los efectos de la droga se entrelazan con una patología psíquica se produce una patología dual. Como explicó Ana González Menéndez, profesora de Psicología e investigadora del Grupo de Conductas Adictivas de la Universidad de Oviedo, el grupo no tiene constancia de que existan estudios acerca de la proporción de personas con patología dual en el entorno penitenciario español.
"Se trata de un dato importante, porque estas personas no responden al estilo terapéutico que se lleva a cabo en los programas de desintoxicación tradicionales. En cuanto a nuestro estudio, hemos obtenido los datos utilizando un instrumento de detección y lo ideal sería un diagnóstico más exhaustivo, pero no hay duda de que este problema es más frecuente de lo que se pensaba", afirmó Ana González en una nota de prensa remitida por la Fundación para el Fomento en Asturias de la Investigación Científica Aplicada y la Tecnología (FICYT).
María José Casares es la investigadora del grupo asturiano que permanecerá tres meses en la Universidad de Pensilvania (EEUU) con ayuda del Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación del Principado (PCTI). En el marco de su tesis doctoral, también financiada por el PCTI, estudiará las posibilidades de llevar a cabo un tratamiento psicológico en el contexto penitenciario.
Para ello, aplicará algunas de las técnicas y terapias más avanzadas en el tratamiento de la drogodependencia que está conociendo en el Treatment Research Center y en el Treatment Research Institute de la Universidad de Pensilvania, y prestará especial atención a la evaluación y diagnóstico del perfil de personalidad de los reclusos o la gravedad de la adicción, entre otras variables.
SITUACIÓN DE VILLABONA
Las investigadoras puntualizaron que los resultados que han obtenido a partir de una muestra de 112 reclusos no indican que la situación en Villabona sea peor que la de otros centros penitenciarios, sino que reflejan una realidad poco conocida debido al escaso volumen de investigaciones que se abordan en este ámbito.
El estudio pone de manifiesto que casi tres de cada cuatro internos drogodependientes en el centro penitenciario de Villabona consumen más de un tipo de sustancias. La droga más consumida es la cocaína, a la que están "enganchados" un 89% de los internos drogodependientes. El 80% de ellos consume cannabis, el 62% heroína y el 32% es dependiente del alcohol. No obstante, señala María José Casares, "La prevalencia del trastorno por dependencia alcohólica va en aumento en este entorno, puesto que las medidas penales para los delitos de conducción bajo los efectos de sustancias se han endurecido".
En cuanto a los datos de los reclusos en general, las investigadoras señalan que el 80% tiene al menos un trastorno mental, el más frecuente es el trastorno de personalidad antisocial, seguido de trastornos psicóticos, depresivos y ansiosos. Además, el 48% presenta alguna enfermedad crónica física asociada al consumo de drogas, como VIH, Hepatitis C o cirrosis hepática. Más del 80% de los reclusos presentan otras enfermedades crónicas sin estar necesariamente asociadas al consumo.
Por otra parte, el 40 % de los internos considera que no tiene cubiertas sus necesidades básicas de alimentación, vivienda y vestido con los ingresos de que disponen. Según el estudio, el interno tipo respondería al perfil un varón con una edad media de 34 años, soltero, sin hijos y sin ninguna titulación académica.
La revista científica International Journal of Clinical Health Psychology publicará próximamente algunas de las últimas conclusiones de este trabajo.