MADRID, 28 Feb. (EUROPA PRESS) - El expresidente de la Generalitat ha sido recibido a su llegada al Tribunal Supremo, donde ha declarado como testigo en el juicio al exconsejero de Presidencia y diputado de PdeCat, Francesc Homs, por la organización de la consulta soberanista del 9 de noviembre de 2014, con insultos y gritos de "traidor", "golpista" y "sedicioso". Mas, que a su entrada en el Tribunal Supremo no ha querido hacer declaraciones, ha llegado a la sede judicial a las 15.45 horas --un cuarto de hora antes de que se reanudase el juicio que comenzó este lunes-- acompañado del propio Homs y por las exconsejeras Joana Ortega e Irene Rigau. Sin embargo, tras finalizar la declaración, que ha durado 22 minutos, sí que ha atendido brevemente a los periodistas: "Ya han podido oír todo lo que ha pasado dentro y habrá que seguir", ha manifestado. "Todo lo que había que decir está dicho", ha añadido. Asimismo, ha recordado que en esta ocasión sí que ha contestado a las preguntas de la Fiscalía porque ha comparecido en calidad de testigo y "no como acusado, a diferencia de en Barcelona". El pasado 6 de febrero, Mas se negó a responder al Ministerio Público en la vista oral que se celebró en Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), donde fue juzgado junto a Rigau y Ortega por los mismos hechos que Homs. "Traidor", "sedicioso", "golpista", han sido algunos de los apelativos que han dedicado un grupo reducido de personas que estaban esperando a la llegada del expresidente de la Generalitat. "Cuéntale el cuento a otro", "así que España os roba, si soy los más ricos", ha ironizado el mismo espontáneo. Estas personas, un par de ellos enarbolando una bandera de España, estaban esperando en la esquina de la calle Marqués de la Ensenada con Bárbara de Braganza, para increpar a Mas. Han aguantado hasta su marcha del alto tribunal para continuar reprochando su conducta. "Todo mentira", ha dicho uno de ellos mientras el expresidente hablaba con la prensa. También le ha gritado que le dé "recuerdos a los Pujol", cuando Mas entraba en el coche que le esperaba en la calle Bárbara de Braganza, en referencia al también expresidente de la Generalitat Jordi Pujol y su familia, que están siendo investigados por la Audiencia Nacional por el origen de su patrimonio.