MADRID 9 Abr. (EUROPA PRESS) -
Nuevas Generaciones del PP aprobará en su Congreso Nacional que el concejal Miguel Ángel Blanco, asesinado por ETA hace casi veinte años, se convierta en presidente de honor a título póstumo de la organización, alegando que se trata de una figura que "une a todos los demócratas españoles y amantes de la libertad".
"El cargo de presidente de honor de Nuevas Generaciones se otorga a título póstumo a Miguel Ángel Blanco Garrido", recoge el artículo 45 de la ponencia de Estatutos que se aprobará en el cónclave que se celebrará en Sevilla los días 21, 22 y 23 de abril, y en el que el gallego Diego Gago sustituirá a la andaluza Beatriz Jurado al frente de NNGG.
Tras recordar que Miguel Ángel Blanco fue afiliado de Nuevas Generaciones y "servidor de sus vecinos" como concejal en su ciudad natal, Ermua, subraya que es la figura política que "mejor" les representa por "su defensa de los valores de libertad, igualdad, justicia y democracia", así como "su creencia en una España unida, democrática y constitucional".
UN NOMBRAMIENTO DE "CARÁCTER SIMBÓLICO"
En un momento en el que el congreso de NNGG coincide con el 20 aniversario de su asesinato a manos de ETA, se propone su nombramiento como presidente de honor, un hecho que, si bien es de "carácter simbólico", tiene una "importante carga de necesidad, reconocimiento, justicia y sentimiento".
En la ponencia de Estatutos, a la que ha tenido acceso Europa Press, Nuevas Generaciones considera que los valores de los jóvenes del PP "se recogen y resumen en la persona de Miguel Ángel Blanco", un servidor público en su pueblo que "reivindica la necesaria memoria, dignidad y justicia para todas las víctimas del terrorismo".
"Y mantiene vivo el espíritu de Ermua y proyecta hacia las generaciones futuras, que no vivieron aquellos dramáticos días de julio de 1997, la llama democrática y de libertad que supone para los demócratas y, en particular, para nuestra organización", concluye el citado documento.
Miguel Ángel Blanco fue secuestrado por la banda terrorista ETA el 10 de julio de 1997. Sus captores intentaron utilizarle para chantajear al Gobierno reclamando el acercamiento de presos etarras y finalmente lo mataron.
El concejal de PP murió la madrugada del 13 de julio. Su asesinato provocó un salto cualitativo en la movilización social contra la banda terrorista ETA, con el nacimiento del llamado 'Espíritu de Ermua'.