Sostiene que el ventrílocuo les mostraba el sello de Santiago Segura para persuadirles
MADRID, 25 Jul. (EUROPA PRESS) -
Antonio Aguilera, el presunto 'número dos' de la trama liderada por José Luis Moreno, ha asegurado este martes ante el juez que instruye 'Titella' que el productor televisivo llegó a invitar a 10 directores de banco a su casa para reunir financiación para distintos proyectos.
Fuentes jurídicas han explicado a Europa Press que en su declaración ante el titular del Juzgado Central de Instrucción Número 2, Ismael Moreno, Aguilera ha sostenido que el ventrílocuo les mostraba el sello del director Santiago Segura para persuadirles y lograr que invirtieran.
El propio Aguilera, detallan las mismas fuentes, ha afirmado que conoció a Moreno cuando éste buscaba financiación para la producción de la serie 'Reinas' y para 'Aquí mando yo y... punto com'. Fue entonces cuando ambos se habrían asociado para acometer la búsqueda de capital.
En este sentido, el presunto 'número dos' del productor televisivo ha asegurado que llegó a entregar a Moreno entre 5 y 6 millones de euros, de los cuales hasta 4 millones eran de origen bancario. Aguilera ha explicado que ese préstamo debía ser devuelto por Moreno cuando finalizase la grabación de las mismas, pero nunca llegó a hacerlo.
Aguilera, que inicialmente ha aclarado que solo respondería a las preguntas de dos abogados, ha terminado por contestar a las preguntas de todas las partes, incluidas las del letrado de Moreno. Éste, en concreto, le ha preguntado acerca de su colaboración con la Guardia Civil.
El supuesto 'numero dos' de la trama ha sugerido que eso era "una tontería" y que no tenía motivos para prestar ayuda al Instituto Armado porque la Benemérita le ha "dejado en pelotas" con sus informes.
LA ORGANIZACIÓN DE LA TRAMA
Los investigadores dividen la presunta trama en dos organizaciones: una liderada por Moreno, Aguilera y Antonio Salazar, dedicada desde 2017 al "fraude y estafa a entidades bancarias e inversores privados", "a la falsificación de efectos bancarios como cheques y pagarés" y al "blanqueo de capitales"; y otra, encabezada por Carlos Brambilla, presunto narcotraficante que se habría valido de dicha estructura para blanquear el dinero.
Según el relato judicial, Moreno y Aguilera serían los "máximos responsables" y Salazar, el tercero en acción. Cada uno tendría una función. El productor, "como persona pública muy reconocida, prestaría su nombre como tarjeta de visita" a fin de conseguir fácilmente la financiación que fingirían necesitar para poner en marcha un proyecto cinematográfico. Por tanto, "era el principal receptor de los fondos obtenidos".
Ese dinero pasaría entonces a manos de Aguilera y Salazar. Los dos tendrían "amplios conocimientos en operativa bancaria y mercantil", por lo que se ocuparían de crear las sociedades, "maquillarlas", poner administradores y presentarlas ante las entidades bancarias como los destinatarios de la financiación necesaria para dichos proyectos. En realidad, carecerían de actividad alguna.
Mediante esta red de "empresas pantalla" administradas por presuntos testaferros ambas organizaciones moverían "grandes cantidades de dinero en efectivo" a las que intentaban dar salida con ingresos que hacían pasar por beneficios de su labor mercantil o con inyecciones en metálico para lo que contarían con la complicidad de empleados de banca que se llevarían su comisión a cambio de introductor este dinero en el circuito legal.