Asegura que la cabecilla está escondida en Rusia y pide que su hija sea puesta en libertad, garantizando que no va a fugarse
MADRID, 3 Ago. (EUROPA PRESS) -
Alexander Sivacks asegura que su hija Izabella, que fue encarcelada el pasado mes de abril por el juez de la Audiencia Nacional Joaquín Gadea, no es la cabecilla de la presunta estafa piramidal de 'criptocannabis' de Juicy Fields, sino que en realidad solo habría actuado de intérprete de la verdadera líder: Erika.
A pesar de los diferentes intentos para lograr su puesta en libertad, la familia de Izabella solo ha obtenido negativas por parte de la Audiencia Nacional. La última, plasmada en la resolución del pasado 16 de julio y en la que la Sala de lo Penal rechazaba su salida de prisión advirtiendo del riesgo de fuga y de las "graves responsabilidades penales, todavía en el plano indiciario".
En declaraciones a Europa Press, su padre, sin embargo, asegura que su hija "no tiene ninguna culpa y no entiende a día de hoy de qué le acusan". El tribunal, por el contrario, afirma que "sí que existen indicios racionales de criminalidad" y que Izabella "se hallaba vinculada a la red criminal desarticulada al ser una de las personas con mayor rango y responsabilidad".
La Sala de lo Penal explica en su reciente auto, recogido por esta agencia de noticias, que Izabella -que fue detenida en Riga en abril y trasladada a España-- estaría presuntamente implicada en las "actividades de un grupo estructurado de personas dedicado a la colocación en España en forma de inversión de dinero captado a un número considerable de personas que iban obteniendo ganancias de las nuevas inversiones".
"Presuntamente dirigía Juicy Fields y a sus empleados y partners; adoptaba decisiones y los trabajadores le rendían cuenta a ella. Por su alta responsabilidad, negoció los acuerdos con las plantaciones de cannabis sitas en Colombia y dirigió las negociaciones con la plantación portuguesa Sabores Púrpura. Acuerdos que sirvieron para dar apariencia de legalidad a la negociación y servían de reclamo a los inversores", sostienen los magistrados.
EL CULTIVO DE LAS PLANTAS
Todo ello "hasta que el sistema colapsó por falta de recursos económicos, sin que el dinero transferido por los inversores se aplicara al negocio de financiación del cultivo de plantas de cannabis liderado por Juicy Fields (dirigida por ciudadanos rusos), sino que se invertía en el abono de intereses a los primeros perjudicados y en los gastos de mantenimiento del aparato de captación".
Su padre sostiene que, en realidad, Izabella únicamente actuó de intérprete para la verdadera "cabecilla de la trama", que estaría escondida en Rusia. "Muchos dirigentes de la empresa eran de la Federación rusa pero Erika no hablaba inglés", explica, señalando que fue él mismo el que "llevó" a su hija para que ejerciese de traductora.
Alexander asegura que ha hablado recientemente con la que él señala como líder de la organización, señalando que la propia Erika se ha disculpado con él por tener que ver a su hija en prisión, pero aclarándole que no puede hacer nada y que no plantea entregarse a la Justicia.
PROBLEMAS DE SALUD
El padre de Izabella, que residía en Letonia antes de la detención de su hija, se ha trasladado a Madrid, donde trata junto al abogado de lograr su liberación. Por el momento, se encuentra acusada de los delitos de pertenencia a organización criminal, un delito continuado de estafa agravada y otro de blanqueo de capitales.
Para la Audiencia Nacional la gravedad de los delitos que se le imputan no son el único factor para denegar su salida de la cárcel. Los magistrados aseguran que los "supuestos contactos de la interesada con personas que pudieran facilitar su sustracción a la acción de los tribunales acrecientan el riesgo de huida de la apelante, que no se enerva por las referencias efectuadas por su defensa acerca de su arraigo personal, familiar y laboral en el país de su nacionalidad".
Pese a ello, su padre alude a los "problemas de salud graves" que sufre Izabella por culpa de la tiroides y al hecho de que sea madre de dos menores. "Con el tiempo que está pasando la van a hundir psicológicamente", alega, insistiendo en que su hija vivía "como una persona normal y corriente" y no como la líder de una organización de este tipo.
En uno de sus recursos, de hecho, la familia señala que Izabella "jamás se ha identificado como la tal Erika, no ha sido condenada y se ha dedicado en los últimos años a la crianza de sus hijos, llevando una vida austera e incompatible con la preeminencia que se le atribuye en una organización".