La oposición acusa a JxSí y la CUP de "atropellar" los derechos de la minoría parlamentaria El Parlament ha dado luz verde este miércoles con los 72 votos de JxSí, la CUP y el diputado no adscrito Germà Gordó y pese al rechazo del resto de grupos --63 votos-- la reforma del reglamento de la Cámara que permitirá a los dos partidos independentistas aprobar por el mecanismo de lectura única --el procedimiento de máxima urgencia-- la ley del referéndum del 1 de octubre y las conocidas como leyes de 'desconexión'. El portavoz adjunto de JxSí Roger Torrent ha defendido que la reforma del reglamento es "perfectamente constitucional y perfectamente estatutaria" y ha recordado que el reglamento del Congreso de los Diputados incluye la misma regulación sobre la aprobación de leyes por lectura única. El diputado de Cs y vicepresidente segundo del Parlament, José María Espejo-Saavedra, ha tildado de 'cacicada' la reforma del reglamento y ha censurado que lo único que persigue es "amordazar a la oposición" que se opone las leyes que buscan declarar la independencia. Hasta ahora en el Parlament se podrían tramitar por lectura única, por un lado, las leyes del Govern y, por el otro, las leyes que presentaran los partidos siempre que aprobarlas por el trámite de urgencia tuviera el consenso de todos los grupos de la Cámara. Con esta reforma, JxSí y la CUP se aseguran poder aprobar leyes de forma urgente solo con sus votos y pese a que lo rechacen el resto de grupos de la Cámara: este mecanismo permite aprobar leyes con un solo debate y en un solo día. La oposición considera que los dos partidos independentistas quieren aprobar las leyes soberanistas por este sistema para dar el mínimo margen posible de maniobra al Gobierno central para impugnarlas. El diputado del PSC Ferran Pedret ha manifestado que la reforma "atropella los derechos de la oposición": restringe el número de debates que hace la Cámara sobre las leyes, la posibilidad de presentar enmiendas y la posibilidad de pedir que el Consell de Garanties Estatutàries diga si las leyes de adecuan a la Constitución y al Estatut. Joan Coscubiela (SíQueEsPot) ha acusado a JxSí y a la CUP de pisar los derechos democráticos de la oposición y les ha advertido de que reformas como esta juegan en contra de celebrar un referéndum con garantías y con el reconocimiento internacional imprescindible: "Lo que se proponen hacer el 1 de octubre no es un referéndum ni nada que se le parezca". Alejandro Fernández (PP) ha definido la reforma como "un espectáculo dantesco, una estratégica lunática y una astucia cutre y veraniega" y ha asegurado que el proceso soberanista no triunfará porque está al margen del Estado de Derecho. La oposición lamenta, además, que JxSí y la CUP ha menospreciado el dictamen del Consell de Garanties Estatutàries, el órgano consultivo de la Generalitat que consideró inconstitucional utilizar la lectura única leyes de calado --como las soberanistas--, y defendió que este mecanismo solo podía utilizarse para leyes de máxima "simplicidad". La diputada de la CUP Anna Gabriel ha admitido que la reforma es para conseguir el referéndum y la independencia frente al Estado de excepción que, a su juicio, el Gobierno central busca imponer: "Si la legislación vigente no reconoce el derecho a la autodeterminación se tiene que cambiar y, si no se puede cambiar, se tiene que desbordar". Torrent (JxSí) ha afeado a los partidos que se oponen a la reforma ser los mismo que se oponen al referéndum del 1 de octubre y ha concluido: "Lo que haga falta para poner las urnas". La reforma del Parlament incluye otros puntos: hasta ahora el Parlament cerraba por 'vacaciones' parlamentarias entre el 1 y el 31 de agosto, mientras que ahora solo lo hará entre el 1 de agosto y el 15, dos semanas menos. Esta cuestión también se ha interpretado como una maniobra de JxSí y la CUP para tener el Parlament activo antes de septiembre para conseguir más margen para tener a punto las leyes soberanistas el 1 de octubre, la fecha del referéndum.