El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha convocado a Podemos y Ciudadanos la próxima semana para empezar a explorar si pueden colaborar juntos con el objetivo de cambiar el Gobierno del PP y sus políticas. Ante los diputados, senadores y eurodiputados socialistas reunidos en el Congreso para aprobar la renovación de las direcciones parlamentarias, Sánchez ha anunciado que esta misma semana llamará a los líderes de Podemos, Pablo Iglesias, y Ciudadanos, Albert Rivera, para proponerles un encuentro la semana próxima en el formato que consideren, aunque el líder socialista presupone que deberá ser "por separado". Tras explicar que "la prioridad" del PSOE en esta etapa es "cambiar al Gobierno y sus políticas", Sánchez se ha referido a Podemos y Ciudadanos como las primeras formaciones con las que los socialistas deben liderar el cambio. "¿Cuántos metros podemos avanzar juntos, cinco, diez, veinte, cien metros? ¿Podemos llegar hasta La Moncloa juntos? No lo sé, pero lo importante es que empecemos a caminar, el camino se hace andando", les ha dicho a los emergentes. Sánchez propone iniciar ese recorrido la próxima semana explorando iniciativas parlamentarias que sirvan para "rescatar" a los jóvenes de una "realidad muy dura". Con escasas posibilidades de poder emanciparse de sus padres antes de los 30 años, el 75 por ciento de los menores de 35 años o está en el paro, o tiene un empleo precario o ha tenido que emigrar, ha expuesto el líder socialista, que ha advertido de que un tercio de los menores de 16 años está en riesgo de exclusión social. El líder del PSOE se ha marcado como objetivos prioritarios "acabar con el becariado, con los trabajos no remunerados", rescatar al medio millón de jóvenes que abandonaron sus estudios para ponerse a trabajar en el 'boom inmobiliario', apostar por políticas públicas que faciliten la emancipación de los jóvenes, rebajar las matrículas universitarias y aumentar las becas de estudios. Como indicó el domingo en la clausura del 39 Congreso del PSOE, Sánchez ha reiterado que los socialistas solo compiten con el PP, al que hay que ganar para llegar a La Moncloa y poder gobernar por "la justicia social". Sánchez ha aprovechado su intervención ante los parlamentarios socialistas para exigir "decencia y ejemplaridad" al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, cuyo Ejecutivo, sostiene Sánchez, "ampara, permite" y "facilita" la "corrupción" y la "impunidad". Ha calificado de "curioso" que Rajoy le pida "moderación" cuando la "cúpula del PP" de las últimas décadas está siendo investigada y tiene que declarar por la trama Gürtel y su supuesta financiación irregular. "Al señor Rajoy que me pide moderación, nosotros le pedimos decencia y ejemplaridad", ha soltado Sánchez, arrancando los aplausos de los parlamentarios congregados en la Sala Columnas de la Cámara Baja. Sánchez ha reivindicado ante los parlamentarios socialistas el proceso emprendido por el partido y que ha culminado en el congreso de este fin de semana. A su juicio, ese cónclave ha servido para situar de nuevo al PSOE en la socialdemocracia. "Somos el PSOE de siempre, el que siempre apostó, lideró y no tuvo miedo al cambio", les ha dicho. El secretario general ha tenido unas palabras de agradecimiento para las anteriores direcciones parlamentarias que tuvieron que defender la posición del partido en "momentos difíciles", como fue la abstención en la investidura de Mariano Rajoy. Para los miembros de estas direcciones, entre las que se incluía el diputado Antonio Hernando, Sánchez ha pedido un aplauso. No ha olvidado tampoco el líder solidarizarse con Portugal por las víctimas mortales, más de medio centenar, causadas por los incendios, al tiempo que ha exigido a España y a la UE que cumplan sus compromisos con la acogida de refugiados, hoy que es el Día Mundial de los Refugiados. En su entrada en la Sala Columnas del Congreso, Sánchez ha ido saludando a los parlamentarios casi uno por uno, e incluso se fundió en un abrazo con Antonio Hernando, en un gesto que provocó un conato de aplauso entre los testigos. Hernando, otrora escudero fiel de Sánchez, se distanció del líder tras la dimisión de éste en el Comité Federal del 1 de octubre, cuando Sánchez perdió el pulso que le echó a sus críticos.