MADRID, 30 Oct. (EUROPA PRESS) -
El ex secretario general del PSOE Pedro Sánchez ha asegurado este domingo que tiene "ganas, voluntad y fuerzas" para volver a liderar el partido, y se presentará al próximo congreso del partido si la militancia le apoya. "Si veo que hay agua en la piscina, no faltaré a la cita", ha dicho, retando además a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, a optar por el liderazgo socialista, y acusando al PSOE de Andalucía de no haber sido "estabilizador".
En una entrevista en el programa 'Salvados', en La Sexta, recogida por Europa Press, Sánchez ha insistido en que, después de dejar su acta de diputado, se va a dedicar a recorrer España para escuchar a los militantes del PSOE y ha explicado que, si siente que tiene apoyo, intentará volver a la Secretaría General del partido, aunque ha reconocido que, desde su nueva posición, tendrá dificultades.
De hecho, ha acusado a la Gestora que ahora dirige el PSOE de llevarle a esta renuncia, al no permitir que sólo se abstuvieran once diputados socialistas en la investidura de Mariano Rajoy, con ese objetivo. A su juicio, con esa decisión de que la abstención fuera en bloque, la actual dirección del partido quería situarle ante una situación "imposible": o se abstenía, en contra de su posición, o rompía la disciplina y el mandato del Comité Federal.
"La única opción que tenía era salir del Congreso", ha dicho, para después subrayar que ésta era "la intención" de la Gestora, quitarle "cualquier tipo de plataforma y de recursos" para el proceso de primarias que se abrirá "contra los aparatos" que, ha dicho, actuarán apoyando a "otras candidaturas".
SUSANA DÍAZ TIENE QUE "DAR UN PASO AL FRENTE" Y COMPETIR
Eso sí, ante la pregunta de si quiere enfrentarse a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, en unas primarias, Sánchez ha subrayado que la también líder del PSOE andaluz tiene "la responsabilidad y la obligación de dar un paso al frente y presentarse" a ese proceso. "No estoy muerto, aquí estoy", ha remachado después, cuando se le ha planteado si Díaz ha querido 'acabar' con él.
Además, Sánchez ha defendido que el PSOE no puede "estar pendiente de la agenda personal de un dirigente", en alusión a Díaz, y ha criticado que el PSOE de Andalucía no haya contribuido a la unidad interna en el partido. "Es necesario que el socialismo andaluz sea un factor de estabilización del socialismo español", ha añadido Sánchez trasladando la reflexión a la líder andaluza.
Por otra parte, Sánchez ha desvelado que después de las elecciones del 26 de junio tuvo muchas dudas sobre la posición que tenía que tener el PSOE y ha explicado que tomó una decisión después de una conversación con el líder del PP, Mariano Rajoy, que le avisó de que, además de ser investido, necesitaba contar con los socialistas para gobernar.
Y, ahora, ha dicho, después de que su abstención haya permitido el Gobierno del PP, cree que el PSOE "se ha quedado en tierra de nadie". Esto, ha afirmado, se ha comprobado en el debate de investidura de Rajoy: "Una de las cosas que vi es que el país no tiene oposición", ha afirmado.
EL PSOE DEBE "TRABAJAR CODO CON CODO" CON PODEMOS
Sánchez también ha señalado durante la entrevista algunos de sus "errores" durante los tres años al frente del PSOE, y ha destacado como uno de ellos el haber calificado de "populista" a Podemos poco después de ser elegido secretario general del partido.
"No sabía lo que significaba entonces, lo que había detrás de Pablo Iglesias", ha admitido Sánchez, destacando el "impulso renovador" que existe en Podemos como una de las carencias del PSOE actual, por lo que ha defendido un entendimiento preferente con la formación morada si los socialistas quieren seguir optando a gobernar España.
"El PSOE debe mirar de tú a tú y trabajar codo con codo con Podemos", ha asegurado Sánchez, reivindicando que durante sus tres años en Ferraz había marcado una "dirección correcta" en el "rumbo" de los socialista al encaminar al partido a "reconciliarse con el votante de izquierdas".
HERNANDO, UNA "DECEPCIÓN PERSONAL"
En ese sentido, Sánchez ha admitido que sintió "pena" por los "reproches" mutuos entre el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, y el portavoz socialista en el Congreso, Antonio Hernando, este pasado sábado durante la investidura de Mariano Rajoy, y ha reclamado "más entendimiento y cooperación" entre los dos partidos.
El ex secretario general del PSOE se ha referido a Hernando durante la entrevista al considerar como "una decepción personal" su decisión de continuar como portavoz socialista en el Congreso y la de apoyar la investidura de Rajoy con la abstención de los diputados del PSOE.
"Me da lástima que tomara esa decisión", ha dicho sobre Hernando, aunque Sánchez ha trasladado su decepción a otros "dirigentes" socialistas a los que reprocha que no se hayan comunicado con él desde el pasado 1 de octubre, cuando dimitió como secretario general tras un convulso Comité Federal en la sede de Ferraz.
Desde entonces, Sánchez ha revelado que ha recibido mensajes de personas tan dispares políticamente como Manuela Carmena, la alcaldesa de Madrid, y el exministro Alberto Ruiz-Gallardón. También ha agradecido el gesto a los líderes de Ciudadanos y Podemos, Albert Rivera y Pablo Iglesias, aunque no al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con quien no ha vuelto a tener comunicación, ha asegurado Sánchez.
FELIPE GONZÁLEZ "NO ES DIOS"
Además de los "chascos" y "sorpresas para mal", como ha denominado Sánchez estos episodios con compañeros de partido, el ex secretario general del PSOE ha negado que prometiera a Felipe González una abstención que permitiera un gobierno del Partido Popular, tal y como aseguró el expresidente en una entrevista que detonó la crisis que acabó con el liderazgo de Sánchez.
"Yo hablé con él de la abstención, pero no en esos términos", ha explicado Sánchez, admitiendo que se planteó esa posibilidad hasta su encuentro con Rajoy después de las elecciones generales del 26-J, cuando la desestimó después de que el candidato del PP ofreciera a los socialistas, según su relato, participar en el gobierno.
Sánchez ha reconocido que González es el dirigente con el que probablemente más veces ha conversado en los últimos tres años, aunque ha negado que el histórico dirigente socialista sea "dios".
"Mi compromiso político no lo asumo con Felipe sino con el Comité Federal", ha proclamado antes de renegar del papel actual del expresidente socialista al afirmar que tanto él como otros militantes del PSOE no se reconocen en el Felipe González de 2016.