Asegura que los casos en los que personas se toman la justicia por su mano es mayor que los intentos de suicidio por problemas económicos
MADRID, 24 Ago. (EUROPA PRESS) -
La necesidad de cobrar deudas pendientes ha llevado en los últimos años a muchas personas a tomarse la justicia por su mano y recurrir a la extorsión para recuperar su dinero. Así lo atestiguan los expertos de la Policía Nacional dedicados a combatir este tipo de actividades que, según dicen, han experimentado un repunte desde que comenzó la crisis económica.
"Hay un repunte sobre todo de extorsiones más que de incidentes con rehenes o sin ellos. Al haber muchas deudas, hay personas que tratan de conseguir el dinero de forma no legal". Quien así se expresa en declaraciones a Europa Press es el responsable del Equipo Nacional de Negociación de la Policía Nacional que desde hace siete años ha tenido que hacer frente a numerosos casos de personas desesperadas que recurren a situaciones drásticas derivadas de problemas económicos.
En su hoja de servicios aparecen casos de personas que han optado por soluciones extremas como despidos, parados de larga duración, incapacidad para hacer frente a la hipoteca o gente a la que se le deniega una prestación económica.
ESCUCHAR, LA LABOR DE LOS NEGOCIADORES
"En la sociedad actual, muchos de estos problemas se solucionan poniendo la oreja y sabiendo escuchar. Lo que hacemos es escucharle y hacer que baje la emoción, que vuelva la razón y darle alternativas", dice. No obstante, asegura que estos casos no han aumentado durante la crisis como sí lo han hecho las extorsiones.
El último caso al que tuvieron que hacer frente fue el del hombre que tras atrincherarse durante 20 horas en un bar de Zaragoza terminó suicidándose. Según relata este responsable policial, este fue un caso diferente que se enmarca en un "componente pasional". "No pedía nada, poco podíamos negociar, contestaba con monosílabos y su única aspiración era verse cara a cara con su ex pareja", explica.
Pese al fatal desenlace en Zaragoza, el Equipo Nacional de Negociación de la Policía registra un elevado índice de éxito en sus intervenciones. Sólo en lo que va de año han supervisado 80 casos de los cuales 79 acabaron de manera satisfactoria. Entres ellos hay incluso la resolución de secuestros en el extranjero, algunos de ellos mediáticos como fue el rapto en México del grupo musical vasco Delorean en octubre del año pasado.
SECUESTRO DEL GRUPO DELOREAN
Para la resolución de este caso, el Equipo Nacional de Negociación tuvo que desplazarse hasta San Sebastián al domicilio de los familiares de los secuestrados que era donde comunicaban los secuestradores para pedir el rescate. "Durante días se hace vida con las familias. Hay una implicación personal y emocional quieras o no", admite al tiempo que no oculta que hay casos más amargos: "en Venezuela desapareció una persona y dejamos de tener noticias de ella y de sus secuestradores".
Diferencia entre los casos en los que no hay rehenes y que, según dice, son "más fáciles" salvo que la persona afectada tenga alguna enfermedad psíquica. Asimismo, en los casos en los casos en los que hay rehenes también hay matices.
Según dice son diferentes los casos en los que "un hombre ha entrado a robar un banco y quiere salir y toma un rehén pero no tiene nada contra él porque su único objetivo es salir" que otros casos más pasionales en los que, por ejemplo, "un hombre tiene a la mujer y por tanto ya tiene lo que quiere". En estos últimos, la capacidad de negociación es menor.
"Un negociador nunca va a iniciar una confrontación verbal con la persona que está atrincherada. Por regla general lo que no se puede es enfrentarse a él ni darle cosas ilegales como droga, por ejemplo", asegura.
UN TELÉFONO 24 HORAS DE GUARDIA
El Equipo Nacional de Negociación está compuesto por cinco inspectores de la Policía, pero además existe una red nacional de negociadores que como mínimo también tienen que ser inspectores y haber pasado un curso que dura dos semanas. "Buscamos un perfil con capacidad par hablar y conectar, culto, socialmente cálido para ser cercano y emocionalmente frío para no dejarse llevar por las emociones".
Esta red de negociadores está compuesta actualmente por 25 efectivos repartidos por toda la geografía española para tener una mayor capacidad de reacción. "En el momento en el que salta un asunto nos llaman. Ellos acuden al lugar pero nos llaman y estamos coordinados y se hace una especie de 'brainstorming'. Además todas las plantillas tiene un teléfono que está de guardia 24 horas y saben que tienen el deber de llamarnos cuando se produce un caso de estos".
De este modo el negociador que está sobre el terreno nunca está sólo y además forma parte de un dispositivo policial más amplio con otras unidades como Seguridad Ciudadana. "Nosotros les decimos si la situación está enquistada, si avanza o no, pero nosotros no decidimos sobre el operativo".