Sostuvo que sus declaraciones a la prensa sobre la situación de la entidad no alarmaron al mercado "para nada"
MADRID, 2 Nov. (EUROPA PRESS) -
La presidenta de la Junta Única de Resolución (JUR), Elke Knig, reconoció ante el juez de la Audiencia Nacional José Luis Calama --que instruye el 'caso Popular'-- que tuvo conversaciones con el entonces ministro de Economía, Luis de Guindos, unos días antes de la resolución de la entidad.
Así consta en la traducción de su declaración ante el magistrado del pasado 30 de septiembre, a la que ha tenido acceso Europa Press, en la que Calama le interroga sobre el contenido de esas charlas. Según Knig, se trató de un intercambio de información fluido y por vía telefónica que sirvió para "tomar la temperatura" de la situación.
En esta causa, el magistrado investiga dos fases del proceso de resolución del Popular: las presuntas irregularidades contables de la entidad en 2016, con la ampliación de capital, y las filtraciones a prensa de un año después que habrían provocado su resolución a mediados de 2017. El juez comenzó su interrogatorio abordando a Knig sobre la primera de las cuestiones.
En este contexto, la presidenta de la JUR también explicó que mantuvo conversaciones con el subgobernador del Banco de España, Javier Alonso, aunque fue imprecisa a la hora de concretar la fecha y el objeto de las mismas. Según Knig, no se reunió con él ni trató de forma directa la problemática del Popular, sino que ambos coincidieron en el marco de los Consejos de Estabilidad Financiera.
El trabajo en casos complejos, según señaló, es mantener un intercambio de información con los previsores e incluso con los ministros. Para la presidenta de la JUR, sin embargo, no había "nada que remarcar" en este caso porque se trata de procedimientos estandarizados y que se siguen habitualmente en otras situaciones.
MANTUVO UN ENCUENTRO CON SARACHO EN 2017
Por otro lado, Knig también reveló al juez que mantuvo un encuentro con el expresidente del banco Emilio Saracho a finales de marzo de 2017. Se trató de un encuentro solicitado por él mismo y que también pidió al BCE, con el objetivo únicamente de exponer sus ideas, los pasos y la visión sobre el Popular.
Ante las reiteradas preguntas del magistrado sobre esos encuentros, Knig respondió con numerosas evasivas y escudándose en que tendría que revisar su diario personal para concretar qué reuniones mantuvo en los meses que precedieron a la resolución. "Tengo que decir que no me he preparado una lista con cada encuentro", reconoció.
La declaración ante el titular del Juzgado Central de Instrucción Número 4 fue muy trabada y con continuos cortes y repeticiones de las cuestiones por parte del magistrado y del intérprete. La propia Knig se quejó de un "eco terrible" y Calama tuvo que insistir varias veces sobre las mismas ideas ante la imposibilidad de conseguir la respuesta completa de la presidenta de la JUR.
Fue entre abril y mayo de 2017, según explicó, cuando desde la JUR comenzaron a preocuparse más sobre la situación del banco, todo ello por la información que comenzó a publicarse en la prensa española y por la que les era remitida por el Banco Central Europeo. En aquel entonces, la liquidez del Popular era "muy justa" y se estaba "deteriorando".
SUS DECLARACIONES A LA PRENSA "PARA NADA" ALARMARON AL MERCADO
Otro de los puntos clave del interrogatorio realizado por Calama a Knig versó sobre las declaraciones que la funcionaria europea hizo el 23 de mayo de 2017 a Bloomberg indicando que el Banco Popular era uno de los casos que estaban estudiando.
"Mi respuesta fue muy poco comprometedora, dije que el Banco Popular es uno de los bancos que estamos supervisando o vigilando, pero no es el único", matizó Knig, subrayando que siempre están "observando" bancos, por lo que "es de esperar" que se "vigile de cerca un banco que tenga una evolución significativa de los precios o cualquier otro problema".
Sin embargo, el juez insistió planteando directamente a Knig si "el decir que se están ocupando del Banco Popular o que lo están monitorizando no supone una alarma para el mercado". "Para nada", contestó tajante ella.
En la misma línea, el magistrado quiso la preguntó sobre una noticia de Reuters del 31 de mayo de 2017 en la que, citando a fuentes de la JUR y específicamente a Knig, ya se habla de que el Banco Popular podría necesitar una resolución ordenada, para saber si hubo una investigación interna sobre tal filtración.
"ORGULLOSA" Y CONVENCIDA DE QUE SU EQUIPO NO FILTRÓ NADA
"Puedo asegurarle que la declaración (...) no debe atribuirse a mí", responde para recalar que hubo investigación interna pero "no hay ningún indicio de que esta declaración que hizo el periodista de Reuters provenga de la JUR", por lo que recomendó a Abascal que preguntara sobre ello al informador.
Así, preguntada sobre si alguien de su equipo pudo realizar las filtraciones a la prensa, Knig se mostró "orgullosa" y convencida de que ninguno de sus colaboradores facilitase ese tipo de información. "¿Podrías presumir que alguien hizo algo? Creo que es algo muy hipotético", respondió.
Además, descartó que la retirada de dinero que se produjo tras la publicación de la noticia de Reuters --de más del 200%, conforme preciso el instructor-- tuviera que ver con esas informaciones. "La fuga de depósitos del Banco Popular comenzó mucho antes", subrayó, concediendo como a lo sumo "pudo haberse acelerado".
LA ALTERNATIVA A LA OFERTA, EL RESCATE BANCARIO
En su intervención, Knig también se refirió al proceso de resolución del banco y a detalles sobre las horas previas a que el Banco Santander adquiriese el Popular por un euro. La presidenta de la JUR reconoció que la noche que recibieron esa oferta -fuimos "afortunados" de que la enviaran-- ella misma se quedó en la oficina para asegurarse de que la transacción pudiese ser completada.
En este contexto, Knig explicó que el equipo tomó la decisión de vender el banco por esa cantidad después de amortizar las acciones y los tenedores de bonos de deuda subordinada. Y se hizo, señaló. Y lo hizo siguiendo el formato pertinente: mediante sesión ejecutiva junto con el FROB y el Banco de Portugal.
Esa operación, a su juicio, fue de especial trascendencia porque, de no haber adquirido la entidad el Santander, el banco "no podría haber abierto sus puertas al día siguiente estando en quiebra o a punto de quebrar". En ese momento, el Popular "no tenía liquidez".
Ante las preguntas del magistrado, Knig reconoció que la única alternativa de no haber llegado la oferta habría sido "un rescate bancario abierto". "Tendríamos que rescatar a los accionistas, a los tenedores de bonos sénior de deuda subordinada y después reestructurar el banco", una solución que no habría evitado que la entidad "pudiera abrir sus puertas".