CEUTA 26 Ago. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Gobierno de Ceuta, Juan Vivas (PP), ha asegurado este martes en su primera comparecencia ante los medios tras su descanso estival que el encuentro del Servicio Marítimo de la Guardia Civil de la ciudad autónoma con el Rey de Marruecos en aguas jurisdiccionales españolas debe contemplarse "desde la naturalidad".
El líder del Ejecutivo local ha restado trascendencia en declaraciones a los periodistas a un asunto del que ha aseverado no conocer nada más que "lo publicado en los medios". "Es algo que debe verse desde la naturalidad entre dos países con extraordinarias relaciones de colaboración y buena amistad", ha resumido en declaraciones a los periodistas.
Según la información publicada este lunes por el diario 'El Mundo', el monarca del Reino alauita, Mohamed VI, navegaba el pasado 7 de agosto por aguas cercanas a la ciudad autónoma cuando una embarcación de la Benemérita se dirigió a su lancha y el sargento pidió a los ocupantes que se identificasen.
Aún estaba el sargento hablando cuando un hombre corpulento, Mohamed VI, se dirigió a los agentes y les preguntó: "¿No saben quién soy?". Los agentes no le identificaron hasta que se quitó las gafas de sol y entonces renunciaron a seguir indagando.
Mohamed VI no quiso moverse de las aguas de Punta Almina hasta que no le dieran una explicación de lo que estaba pasando. Al final terminó llamando al Rey español para quejarse de lo que le había pasado minutos antes. Felipe VI trasladó el malestar al ministro de Interior para que informara a la Delegación de Gobierno en Ceuta y se pusieron de acuerdo para reparar el daño que podrían haber causado a Mohamed VI.
Según 'El Mundo', el ya ex jefe de la Comandancia de la Guardia Civil, el teniente coronel Andrés López, recibió la orden de desplazarse, con otros oficiales, en una patrullera hasta la lancha real. Hora y media después del primer abordaje, se acercó y pidió disculpas al monarca aunque una fuente oficial española afirma que solo le saludó y se puso a su disposición.
Con la llegada del teniente coronel, Mohamed VI dio, aparentemente, por zanjado el incidente. Se despidió recalcando que los guardias a bordo de la lancha rígida había hecho "perfectamente su trabajo" y, advirtió: si son sancionados "vamos a tener problemas".