El presidente del Comité Europeo de las Regiones reclama un presupuesto de la UE centrado en los fondos regionales


MADRID, 28 Feb. (EUROPA PRESS) -

El presidente del Comité de las Regiones de la Unión Europa, el griego Apostolos Tzitzikostas, ha llamado este viernes a los Veintisiete a negociar un presupuesto de la UE "fuerte" centrado en mejorar la calidad de vida de las personas, para lo que es necesario mantener la inversión en los fondos regionales (política de cohesión, agricultura y desarrollo rural).

"Reducir los fondos de la Unión destinados a hospitales y escuelas, transporte local, medio ambiente, universidades y pequeñas empresas sería un fracaso para los personas y un regalo para el populismo", ha advertido en un comunicado traducido a 23 lenguas y remitido a Europa Press.

Tzitzikostas, que accedió al cargo el pasado día 12, incide en la importancia que el ciudadano debe tener en las cuentas públicas europeas para reclamar a los Veintisiete que en sus negociaciones, tengan presente que para la mayoría de los Estados miembros "la financiación de la UE para los fondos regionales (política de cohesión), la agricultura y el desarrollo rural representa alrededor del 50 % de la inversión pública total".

Así, tras advertir que esta "batalla" por las cuentas públicas europeas corre el riesgo de desestabilizar gravemente el futuro de la Unión, el presidente del Comité de las Regiones incide en reclamar que el dinero de los contribuyentes europeos se invierta en las comunidades locales, ya que esto "beneficia tanto a los contribuyentes como a los beneficiarios netos del presupuesto europeo".

POLÍTICA BIDIMENSIONAL

"La decisión sobre el próximo presupuesto de la UE reflejará qué camino vamos a seguir. Todavía estamos a tiempo de evitar que Europa se empequeñezca y se debilite, pero necesitamos un presupuesto a la altura de los desafíos a los que nos enfrentamos. Escuchar más a las regiones y a las ciudades sería sin duda un buen punto de partida", argumenta.

Los líderes de la UE fracasaron el pasado día 21 en su intento de cerrar un presupuesto de la Unión Europea para los próximos siete años, debido a las profundas diferencias que persisten entre los países ricos del bloque, partidarios de recortar los fondos agrícolas y regionales, y los países que apuestan por mantenerlos, entre los que se encuentra España.

"Una política europea bidimensional -en su mayor parte dirigida entre las instituciones europeas y los gobiernos nacionales- no logra hacerse cargo de las necesidades reales de los ciudadanos. Son demasiadas las personas que hoy en día se sienten incomprendidas e ignoradas", alerta al respecto.

En esta línea, el presidente del Comité de las Regiones de la UE alerta de la necesidad de "aprender" del pasado, "aunar voluntades" y "responder a la crisis institucional y democrática a la que actualmente se enfrenta" la UE.

En este sentido, recuerda que durante la crisis financiera de la última década, fueron los entes locales y regionales los que pagaron el precio más alto por las políticas de austeridad y, por ende, los ciudadanos "sufrieron las peores consecuencias, con una reducción de los servicios públicos y de las ayudas sociales".

Además, señala que la crisis migratoria puso de manifiesto los límites de la solidaridad europea y denuncia que a muchas comunidades locales se las abandonó "en el momento en que más necesitaban a Europa".

Todo ello, según enfatiza, "ha conducido a la radicalización, al euroescepticismo y a la lamentable retirada del tercer mayor país de la Unión", en referencia a la salida del Reino Unido.

"La Unión Europea precisa de un presupuesto que le permita mejorar la vida cotidiana de las personas y que al mismo tiempo sea suficiente para afrontar los retos futuros, pero también los actuales, como el brote del coronavirus y el impacto económico negativo que está teniendo en ciertas regiones de nuestro continente", alega al respecto.

En este sentido, recuerda que los ciudadanos reclaman a Europa una mayor comprensión y respuesta "a las transformaciones profundas que conllevan las revoluciones verde, digital y demográfica actuales".

"Las políticas de cohesión y desarrollo rural de la UE están concebidas para afrontar estos retos sobre el terreno, en nuestras comunidades", recalca el documento, en el pone como ejemplo el Pacto Verde Europeo, cuyo "éxito o fracaso" se decidirá en las regiones y en las ciudades, recuerda, porque son las que aplican la mayoría de las medidas de reducción de carbono para combatir el calentamiento global y de las acciones de adaptación al cambio climático.

En esta misma línea de retos futuros se refiere igualmente a la brecha digital, "que agrava las disparidades y el declive rural, al tiempo que obstaculiza nuestras aspiraciones en materia de energía y clima", para reclamar una "innovación compartida", fomentando las inversiones en empresas emergentes y en tecnologías inteligentes.

GEOGRAFÍA DEL DESCONTENTO

Para ello, explica se requiere un enfoque europeo acompañado de una financiación adecuada. "Más del 40% de las regiones europeas están perdiendo población, cientos de miles de ciudades pequeñas y medianas corren el riesgo de despoblación y declive. Si reducimos las inversiones europeas para reequilibrar esta tendencia, corremos el riesgo de consolidar una 'geografía del descontento' en la que las zonas en declive volverán a dar la espalda al sistema establecido y a proyecto europeo".

Por todo ello, Tzitzikostas subraya finalmente que la UE "necesita imperativamente darse los medios" para conectar de nuevo con los muchos ciudadanos que han perdido la confianza en el proyecto europeo.