Los socialistas aspiran a que nadie se levante de la mesa pero los partidos emergentes no ocultan su enfrentamiento
MADRID, 6 Abr. (EUROPA PRESS) -
Los equipos negociadores del PSOE, Podemos y Ciudadanos se reunirán este jueves por primera vez para tratar de llegar a un acuerdo que permita la formación de gobierno, pese a que, incluso la misma víspera de la cita, los partidos de Pablo Iglesias y Albert Rivera han venido insistiendo en declararse incompatibles y en escenificar su alejamiento.
Los socialistas mantienen su convicción de que de este encuentro puede arrancar la negociación que lleve a Pedro Sánchez a La Moncloa. Eso sí, para este jueves su objetivo es modesto: Que nadie se levante de la mesa y se emplacen a nuevos encuentros.
Por ahora, están "muy satisfechos" por haber logrado una cita que hace unas semanas "parecía imposible". Eso sí, la reunión llega con Ciudadanos y Podemos firmes en sus planteamientos excluyentes: los dos quieren arrastrar al PSOE a su terreno y excluir al tercero, de quien reclaman su voto positivo o su abstención.
DARDOS HASTA LA MISMA VÍSPERA
Además, el Pleno de esta semana ha servido para 'calentar' el ambiente y mostrar la distancia que separa a los dos nuevos partidos. Tanto Rivera como Iglesias han aprovechado el debate sobre el 'Brexit' y los refugiados para lanzarse dardos, mientras Sánchez ha dirigido todas sus críticas al presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, y no ha hecho mención al 'rifirrafe'.
De hecho, fuentes próximas al líder del PSOE han destacado que lo que se ha visto en la Cámara Baja es que los tres partidos tienen un objetivo común, que es desalojar a Rajoy de La Moncloa. A su juicio, el enfrentamiento entre Rivera e Iglesias responde a un intento de escenificar que tienen posturas encontrados, sin el que no se entendería el veto que han mantenido estos meses.
Sin embargo, confían en que nadie se levante de la reunión de este jueves y no quieren situarse en el escenario que implicaría la ruptura de las negociaciones. Por su parte, eso sí, insisten en que la base de las conversaciones debe ser el acuerdo con Ciudadanos, que están dispuestos a "enriquecer" con las aportaciones de Podemos.
CIUDADANOS YA NO QUIERE CEDER MÁS
Y aquí está el primer escollo, ya que el partido de Rivera, que hasta este momento se había mostrado abierto a introducir mejoras en el texto firmado el 24 de febrero, manteniendo su esencia, ahora dice que ha agotado su ejercicio de cesión y no está dispuesto a ir más allá.
En los últimos días, los negociadores de Ciudadanos insisten en que su proyecto es diametralmente opuesto al de Podemos y, de esta manera, descartan cualquier acercamiento programático. El único acuerdo que aceptarían alcanzar con Podemos es recibir su voto favorable al pacto con el PSOE, sin tocar prácticamente el texto, con lo que han elevado sus exigencias, ya que antes se conformaban con la abstención.
El partido de Pablo Iglesias tampoco cuenta con Ciudadanos para un posible acuerdo de gobierno, ya que su condición irrenunciable es formar un Ejecutivo de coalición progresista entre el PSOE, Podemos, IU y Compromís. Aún así, han aceptado sentarse con el partido de Rivera --algo que antes rechazaban de plano--, pero sólo para pedirles que permita con su abstención o su voto afirmativo la conformación del gobierno 'a la valenciana' que defienden.
Además de levantar el veto a reunirse con Ciudadanos, Podemos también acude a esta reunión dispuesto a ceder en cuestiones programáticas con el objetivo de acercar al PSOE y tratar de que deje a un lado las medidas que pactó con Ciudadanos. Esto se suma al abandono por parte de Iglesias de su exigencia a ocupar la Vicepresidencia del gobierno de coalición que aspiran a formar.
De hecho, fuentes del partido morado han explicado a Europa Press que están dispuestos a "apostar fuerte" por llegar a un acuerdo con el PSOE y formar un gobierno que saque a Rajoy de la Moncloa pero también sus políticas.
Mientras Podemos edulcora sus peticiones para formar un gobierno con el PSOE, Ciudadanos ha hablado por primera vez de sentarse en el Consejo de Ministros con los socialistas. Aunque los de Rivera insisten en que no están pidiendo sillas, no ocultan que ahora sí quieren compartir gobierno con el PSOE porque consideran que un Ejecutivo monocolor sería demasiado débil.
No obstante, mantienen su llamamiento al PP para que se sume al pacto PSOE-Ciudadanos porque lo ven necesario para poder legislar, una compañía que los socialistas no desean porque insisten en que su objetivo es precisamente darle la vuelta a las políticas de Rajoy.
De hecho, el argumento que Podemos esgrime para tratar de convencer al PSOE de que apueste por formar un gobierno de coalición con ellos es que el socio preferente de Ciudadanos es el PP, tal y como demostraron, según el partido morado, en la votación de la iniciativa para paralizar la LOMCE, que socialistas y diputados 'morados' apoyaron mientras que los de Rivera se abstuvieron.
EL FANTASMA DE LAS ELECCIONES
Con estas posiciones enfrentadas, parece que el único objetivo que defienden las tres fuerzas es que hay que evitar una repetición de elecciones. Y se atribuyen mutuamente el miedo a volver a las urnas por un empeoramiento de sus resultados.
Además, los tres partidos son conscientes de que quien rompa la baraja podría quedar ante la opinión pública como el culpable de esa eventual repetición de los comicios y ninguno quiere asumir ese papel.
Con este panorama, los equipos negociadores se sentarán este jueves a las 16.30 horas en la Sala Lázaro Dou del Congreso, que lleva el nombre del primer presidente de las Cortes de Cádiz, un liberal moderado de Cervera (Tarragona). Por parte del PSOE y de Ciudadanos, acudirán sus delegaciones habituales, sin sus máximos dirigentes, mientras que está por confirmar la composición del grupo de Podemos, que encabezará Pablo Iglesias.
Según explicó este martes el portavoz del equipo de los socialistas, Antonio Hernando, en esta primera reunión se hablará de la metodología en la negociación y cómo trabajarán desde ese momento, de los tiempos y las temáticas.
A partir de ahí, quedarán poco más de 15 días para alcanzar un acuerdo que luego se pueda comunicar al Rey y que dé tiempo a convocar una sesión de investidura antes de la disolución programada de las Cortes prevista para el 3 de mayo.