MADRID, 29 May. (EUROPA PRESS) -
El PSOE afronta la próxima campaña electoral con el objetivo de recuperar a sus votantes que el pasado 20 de diciembre se fueron a Podemos y no aprueban la deriva que lleva, un porcentaje que cree que podría llegar hasta el 30% del cuerpo electoral del partido morado. Eso sí, buscarán hacerlo desde un discurso centrado y evitando la confrontación directa con el candidato de Unidos Podemos, Pablo Iglesias, porque insisten en que su enemigo es el PP y Mariano Rajoy.
Para empezar, Ferraz ha rechazado un 'cara a cara' entre Sánchez e Iglesias, alegando que el debate que hay que hacer -además del de a cuatro con PP, Podemos y Ciudadanos-- es el del presidente del Gobierno y el líder de la oposición, porque son los dos candidatos con posibilidades de llegar a La Moncloa.
Pero, al margen de esta explicación, los socialistas quieren huir de todo aquello que visualice una batalla directa entre el PSOE y Podemos que pueda alimentar la idea del 'sorpasso'. A su juicio, no hay nada que apunte a ese adelantamiento, aunque lo den por hecho muchas encuestas, los dirigentes de Podemos y también traten de fomentarlo desde el PP.
UN MILLÓN PUEDE VOLVER AL PSOE
De hecho, insisten en que la coalición con IU responde a un intento de frenar una "sangría". Según sus números, de los alrededor de cinco millones de personas que votaron a Podemos el pasado 20 de diciembre, tres millones son fieles pero hay otros dos dispuestos a cambiar el sentido del voto y al menos un millón volvería al PSOE.
En Ferraz creen que hay muchos ciudadanos que votaron a Podemos el pasado 20 de diciembre pensando en que llegaría a un acuerdo con el PSOE después de las elecciones y el nuevo partido pudiera ser un "ancla" a la izquierda y están decepcionados con su actitud durante los últimos meses.
A ellos se ha dirigido en los últimos días el candidato, con su mensaje de que el cambio no puede tener "intermediarios" y su recurso al vecino de Las Rozas que el pasado 20 de diciembre le dijo que votaría a un partido que le iba a hacer presidente del Gobierno y que no está conforme con la actitud de Podemos en los últimos meses. Según el PSOE, hay muchos españoles que opinan igual.
Y a tratar de recuperarlos se van a dedicar en las próximas semanas. Para la dirección socialista, son muchos los que no comparten el "bloqueo" de Podemos en las negociaciones ni la deriva que lleva con su unión a IU y el resurgir de viejas figuras como Julio Anguita. De hecho, defienden que este exdirigente del Partido Comunista demuestra el "extremismo" de la coalición y "la pinza" que está dipuesta a hacer con el PP para evitar que Sánchez sea presidente del Gobierno.
Mientras tanto, el PSOE va a insistir en que su proyecto es el "centro-izquierda" que es capaz de pactar a la izquierda y con el "centro derecha" en el que sitúa a Ciudadanos. Precisamente, Sánchez apuntó su arraigo en el centro en su proclamación como candidato, cuando parafraseó al expresidente Adolfo Suárez con su recordado "puedo prometer y prometo".
Según fuentes socialistas, el PSOE no se va a desviar de su campaña en positivo y centrada en su programa, que creen que es la única alternativa al PP. Y mantendrán como objetivo en la confrontación electoral a este partido.
Esto no quiere decir que vayan a eludir a Podemos durante la campaña, pero sí que la carga de sus ataques va a ir contra los 'populares', el presidente del Gobierno en funciones y sus políticas. Otra cosa, insisten, sería desviarse de su papel como principal partido de la oposición con opciones de gobernar.
Esta estrategia es similar a la que ya tuvieron en diciembre, cuando también insistían en que su enemigo era el PP, aunque también hubo 'dardos' a los dos partidos nuevos. De hecho, algunas federaciones --fundamentalmente las que no gobiernan con Podemos-- echaron de menos una mayor agresividad hacia los de Iglesias.
Entonces, lo que 'calentó' la campaña fue el "indecente" que Sánchez espetó al líder del PP en el 'cara a cara'. Hasta ese día, era habitual escuchar a la gente en los mítines pedir "caña a Rajoy" y desde entonces la mención a ese descalificativo --del que se ha arrepentido recientemente Sánchez-- encendía al auditorio por todo el país y provocaba los mayores aplausos.
Mientras tanto, ahora, lo que se palpa en los actos electorales que ya ha organizado el partido es que los socialistas quieren dar "caña", pero en esta ocasión al líder de Podemos. "Escribidlo bien, que es un comunista de los de antes", aseguraban el pasado domingo unas señoras a algunos periodistas tras un mitin en Madrid.
El cambio de actitud hacia Podemos lo han detectado también los sondeos cualitativos que está haciendo el PSOE. Según fuentes socialistas, antes del 20 de diciembre, los votantes socialistas estaban "acomplejados" frente a los de Podemos, mientras que ahora exhiben orgullo por la gestión de los últimos meses y se enfrentan a los del partido morado, que tienen el ánimo más bajo.