MADRID, 23 Oct. (EDIZIONES) -
El Comité Federal del PSOE reunido este domingo en la sede del partido en Madid ha decidido abstenerse ante una investidura del líder del PP, Mariano Rajoy. Esta decisión va a precipitar los acontecimientos. Te contamos qué es lo que va a pasar:
REUNIÓN DEL REY CON LOS PORTAVOCES
Este mismo lunes el Rey Felipe ha comenzado su ronda de contactos con los portavoces de los partidos políticos con presencia en el Congreso para intentar designar un candidato a la investidura. El Monarca cerrará la ronda de consultas con el líder del PP, Mariano Rajoy, el martes a las 15.30 horas en el Palacio de la Zarzuela, han avanzado a Europa Press fuentes oficiales.
CONVOCATORIA DE PLENO EN EL CONGRESO
El hecho de que el Rey haya acortado el trámite de la consulta facilita que la Presidencia del Congreso pueda convocar el Pleno de Investidura cuanto antes, el mismo miércoles 26 de octubre si ése fuera su deseo. En caso de que finalmente fuera así, la primera votación de la investidura de Rajoy tendría lugar el jueves 27 de octubre.
En esa primera votación el líder del PP necesitaría mayoría absoulta para ser investido, algo que no conseguiría ni siquiera con la abstención del PSOE si el resto de partidos mantienen el voto con respecto a la última investidura.
Lo más probable, por tanto, es que la votación tenga que volver a repetirse 48 horas después, el sábado 29, dos días antes de que finalice el plazo para elegir candidato antes de que el Congreso tenga que disolverse. En esa ocasión a Rajoy le valdría para ser investido lograr una mayoría simple, lo que está garantizado con la abstención del PSOE.
¿Y DESPUÉS?
Una vez que Rajoy logre el apoyo de la Cámara, el siguiente paso es la designación como presidente del Gobierno por el Rey. La Constitución no fija ningún plazo para este nombramiento, aunque lo habitual es que el Real Decreto de nombramiento se firme el mismo día de la votación.
Tras la publicación en el BOE de su nombramiento, el presidente tomará posesión del cargo ante el Rey y propondrá al Monarca la composición del resto de miembros de su Gobierno. Una vez más, corresponde al Rey nombrar a los ministros a propuesta del jefe del Ejecutivo.