El presidente tendrá encuentros con los líderes de la UA y saludará a Obiang como presidente del país anfitrión de la cumbre
MADRID, 25 Jun. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, viaja esta noche a Malabo invitado por la Unión Africana (UA) para intervenir en la sesión inaugural de la cumbre que esta organización celebra en Guinea Ecuatorial. Rajoy tendrá un encuentro con el presidente guineano, Teodoro Obiang, puesto que es el anfitrión de la cumbre, pero es la Unión Africana quien ha realizado la invitación al Jefe del Ejecutivo español, han confirmado a Europa Press fuentes de Moncloa.
Por este motivo, Mariano Rajoy tiene previsto reunirse con el presidente de turno de la UA, el mauritano Mohamed Uld Abdelaziz, así como con la presidenta de la Comisión de la UA, Nkosazana Clarice Dlamini-Zuma.
El mandatario español aprovechará todos sus encuentros para recabar apoyos para que España se convierta en miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) para el bienio 2015-2016.
La intervención de Rajoy ante la Unión Africana tendrá lugar en la sesión inaugural, durante la mañana del jueves, y en ella también tomará la palabra el presidente de la ONU, Ban Ki-Moon.
Aunque no se ha dado a conocer el contenido de su discurso, es muy posible que siga las líneas de un reciente artículo publicado por Mariano Rajoy en prensa, en el que defendía la necesidad de que la UE y África pongan "al día" su relación y de apostar por un continente del que se refleja una imagen fundamentalmente negativa.
Más allá de este interés por estrechar lazos con los países africanos (se han citado en Malabo más de medio centenar), Rajoy aprovechará para sumar todos los votos que pueda para que España sea miembro del Consejo de Seguridad de la ONU en 2015 y 2016.
España compite con Turquía y Nueva Zelanda por dos puestos vacantes para el grupo de países occidentales. La Asamblea General de la ONU, donde no hay vetos y cada país representa un voto, por pequeño que sea, elegirá en una votación secreta a los dos nuevos miembros.
El Gobierno, que tiene comprometidos un centenar de votos de los 129 que precisa, cree que se la juega en el Africa subsahariana, el Caribe anglófono y las islas del Pacífico, y es ahí donde está intensificando la campaña, sin descuidar otras áreas.
EL VIERNES, APOYO A JUNCKER
El presidente se trasladará de Malabo a Ypres (Bélgica), donde el viernes participará en el Consejo Europeo que, en esta ocasión, incluye un almuerzo de trabajo a mediodía. No llegará finalmente a la cena de mandatarios prevista para el jueves por la noche.
Rajoy ha explicado que defenderá en el Consejo la elección de Jean-Claude Juncker como presidente de la Comisión Europea, el candidato que eligió el PPE en marzo y el que presentó a las elecciones europeas de mayo, en cuya campaña electoral español también participó. "No tengo otro candidato, teniendo en cuenta además que ha ganado las elecciones", afirmó el lunes el presidente.
España también quiere llevar al Consejo la necesidad de que el crecimiento económico y el empleo sean prioridad en la política europea de los próximos cinco años, y que se dé el impulso definitivo a los acuerdos de libre comercio, como los que se preparan con Estados Unidos y Japón.
Rajoy ha puesto el acento también en el impulso de un mercado único de la energía, un asunto en el que "se lleva tiempo hablando" pero sobre el que "las cosas no avanzan".
"España y Portugal, la península ibérica, somos una isla energética, eso no es mercado único, y tiene que haber interconexiones porque se abarataría mucho el coste de la energía", afirmó el lunes el presidente.
Por otro lado, Mariano Rajoy defenderá en el Consejo una política europea conjunta en materia de inmigración, tema que también se tratará el viernes aunque con profundidad se abordará en el Consejo de diciembre.
El presidente apostará por legislaciones similares en los Estados miembros sobre los derechos y obligaciones de los inmigrantes, porque "es absurdo que haya normas diferentes en une espacio de libre circulación". Y también, por una inversión "decidida" en los países de origen de estas personas y que se prolongue a medio y largo plazo, puesto que "hay cosas que no se resuelven en media hora".