CALAHORRA, 22 Mar. (EUROPA PRESS) -
Los calagurritanos residentes en las alrededor de 40 viviendas afectadas por la explosión de un coche-bomba junto al cuartel de la Guardia Civil no han podido dormir esta noche en sus casas, según informó el alcalde, Javier Pagola.
El Ayuntamiento ha puesto a su disposición el albergue de peregrinos, junto al Museo de la Semana Santa, aunque al parecer la mayoría se alojará en casas de familiares. El Consistorio también ha habilitado un segundo albergue, el juvenil, para las 16 personas que vivían en la casa-cuartel, pabellón que deberá ser derribado por los daños.
El número de personas atendidas por los servicios sanitarios no ha sido precisado todavía, pero supera la decena, la mayoría por pequeños cortes o por crisis de ansiedad. Un niño y un agente de la Guardia Civil han precisado una mayor atención, pero sus heridas eran también leves y no han precisado hospitalización.
A pocos metros del lugar del atentado, en el atrio de la Iglesia de los Santos Mártires, se ha instalado una carpa para informar a los afectados. El punto informativo es de Sos Rioja, y no de Protección Civil, como se había informado anteriormente.
Alrededor de una docena de personas esperan a ser informadas en esta carpa. Otro grupo de afectados protesta en estos momentos al delegado del Gobierno, José Antonio Ulecia, porque consideran que se ha tardado demasiado en desalojarlos de sus hogares. Ulecia les ha explicado que resultaba más seguro en esos momentos que permanecieses en sus casas, puesto que la Guardia Civil apenas ha tenido 20 minutos para llevar a cabo el desalojo.
Por otra parte, el párroco de la Iglesia de los Santos Mártires, Miguel Ángel Ezquerro, abrió a primera hora de ayer por la tarde un salón parroquial para que la Cruz Roja atienda y tranquilice allí a los afectados.
Los edificios más afectados son los de la calle General Gallarza, donde todos los cristales se han roto a consecuencia de la explosión. También se han producido importantes daños en fachadas, ventanas y persianas. La deflagración ha afectado también a los edificios de calles colindantes, como la calle 2 de mayo, donde se encuentra la Delegación de Hacienda, visiblemente dañado.