La decisión ha generado estupor, toda vez que no es habitual dar marcha atrás en este tipo de nombramientos
MADRID, 9 Sep. (EUROPA PRESS) -
La decisión del ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, José Manuel Albares, de retirar el plácet solicitado para que Camilo Villarino, que fue jefe de gabinete con Arancha González Laya, fuera el nuevo embajador en Rusia ha provocado un efecto en cadena, con el cambio de otros nombramientos ya previstos.
En Exteriores aseguran que la retirada de plácet no tiene nada que ver con que Villarino haya sido citado a declarar como imputado por un juez de Zaragoza en relación con la llegada a España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, el pasado mes de abril por motivos humanitarios. La declaración, prevista inicialmente para el 1 de septiembre, se producirá finalmente el 13 de septiembre.
Prueba de ello, sostienen, es que además del plácet de Villarino, solicitado por González Laya antes de dejar el Ministerio el pasado mes de julio, también se ha dado marcha atrás en el nombramiento de Felipe de la Morena como nuevo embajador en Sudáfrica.
LA EXPLICACIÓN DE ALBARES
El propio Albares se refirió a estos cambios en su comparecencia del pasado 30 de agosto en la Comisión de Exteriores del Congreso, negando que la retirada del plácet sea una concesión a Marruecos, que situó a González Laya como responsable máxima de la crisis diplomática entre los dos países a resultas de la acogida de Ghali y que como telón de fondo tenía en realidad el rechazo del Gobierno a reconocer el Sáhara Occidental como marroquí.
El ministro dijo que es partidario de "buscar cierta especialización" en el nombramiento de los embajadores, "especialmente en países muy relevantes", como es el caso de Rusia, "en la medida de lo posible".
"Es importante que hablen el idioma del destino, que tengan experiencia previa en el país y la región", esgrimió, aclarando no obstante que aquellos diplomáticos a los que González Laya había destinado ya una jefatura de misión recibirán otra en caso de cambios que esté "más adaptada a su perfil".
UNA DECISIÓN SIN PRECEDENTES
El nombramiento de embajadores es potestad del ministro de Exteriores, si bien debe ser aprobado en Consejo de Ministros. No obstante, la decisión de Albares ha sido recibida con cierta sorpresa y estupor entre los diplomáticos, ya que sería la primera vez que con un cambio de ministro dentro de un mismo gobierno se retiran plácet ya solicitados, según han contado algunos de ellos a Europa Press.
En el pasado, cuando ha habido marcha atrás en el nombramiento de jefes de misión ha sido porque el ministro entrante en el Palacio de Santa Cruz pertenecía a un partido distinto del que solicitó el plácet, han asegurado.
El hecho además de que hayan sido dos los plácet retirados ha provocado un efecto en cadena ya que, según ha podido saber Europa Press, el embajador en Sudáfrica será finalmente Raimundo Robredo, actual director general para África Subsahariana, para quien González Laya ya había pedido el plácet para Tailandia.
Por lo que se refiere a la Embajada en Moscú, el medio especializado The Diplomat apunta que recaerá en Marcos Gómez, embajador en Colombia desde diciembre de 2020. De confirmarse su salida de Bogotá, dejará otra vacante más que Albares deberá ocupar próximamente, al igual que la de Tailandia.
NOMBRAMIENTOS A COMPLETAR
El ministro de Exteriores también tiene que terminar de completar los nombramientos de varios embajadores más, para algunos de los cuales dejó solicitado ya el plácet González Laya antes de su cese el pasado 10 de julio y tras meses de impás que habían provocado malestar entre los miembros de la Carrera Diplomática.
Entre los huecos que Albares debe completar figuran también la Embajada en París, que él ocupaba hasta su nombramiento como embajador, o la de Venezuela, donde el encargado de negocios --España mantiene rebajadas las relaciones diplomáticas con este país-- era Juan Fernández Trigo, nuevo secretario general para Iberoamérica y el Caribe y el Español en el Mundo.
Además, el ministro tiene que decidir también qué ocurre con el nuevo embajador en Afganistán, Ricardo Losa, nombrado el pasado 3 de agosto pero que no llegó a tomar posesión del cargo después de que la ofensiva talibán concluyera con la toma de Kabul el pasado 15 de agosto.
Albares ya ha dejado claro que el Gobierno no tiene intención por ahora de reconocer al nuevo régimen talibán, aunque no ha descartado contactos operativos para poder seguir sacando de Afganistán a antiguos colaboradores de España.
Una de las posibilidades que se apuntan para Losa es que asuma como embajador en Afganistán pero desde otro país, como ha ocurrido en el caso del embajador en Libia, Francisco Javier García-Larache, quien tras su nombramiento en julio de 2020 permaneció en Túnez hasta que se reabrió la legación diplomática española en Trípoli el pasado junio coincidiendo con la visita de Pedro Sánchez.