La obra ha costado 66.000 euros, IVA incluido
MADRID, 3 Sep. (EUROPA PRESS) -
El retrato del 'popular' Jesús Posada, quien presidió el Congreso entre 2011 y 2015, se colgará este mes de septiembre en la Galería de Presidentes de la Cámara Baja . El cuadro, realizado por el pintor Ricardo Sanz López, ha costado 66.000 euros, IVA incluido, según informaron a Europa Press fuentes parlamentarias.
La intención de Posada, ahora presidente de la Comisión Constitucional del Congreso, es que el retrato se incorpore a la galería donde lucen los de todos sus antecesores el presente mes y, aunque aún no se ha fijado una fecha concreta, su idea es hacer la inauguración en la primera quincena.
A diferencia de su antecesor, el socialista José Bono, quien prefirió colgar su cuadro en un acto 'secreto', Posada sí convocará a la prensa, estará acompañado de su familia e invitará a la actual presidenta de la Cámara, la también 'popular' Ana Pastor.
También podría estar presente su autor, el pintor donostiarra Ricardo Sanz, quien fue el primer retratista de los actuales Reyes cuando aún eran Príncipes de Asturias.
EL DE BONO COSTÓ 82.600 EUROS
El presidente del Congreso que sucedió a Posada fue el socialista Patxi López, quien sólo ocupó este puesto entre enero y mayo de 2016, los cinco meses que duró la legislatura fallida por la falta de acuerdo para la investidura de un presidente del Gobierno.
López tendrá también su cuadro en la Galería de Presidentes, pero la Mesa del Congreso aún no ha fijado presupuesto, y él tampoco ha elegido a la persona que quiere que le inmortalice como tercera autoridad del Estado.
El último retrato que se colgó en el Palacio del Congreso, en julio de 2015, fue el de Bono, pintado por el madrileño Bernardo Pérez Torrens y que costó 82.600 euros. El acto de colocación no se comunicó a los medios de comunicación y Bono sólo estuvo acompañado de Posada.
Y EL DE MARÍN CASI 25.000
El antecesor de Bono, su compañero de partido Manuel Marín, ni siquiera estuvo presente cuando se colgó el suyo. Marín rompió la tradición y, en lugar de ser pintado, prefirió un retrato fotográfico que encargó a la reputada fotógrafa Cristina García Rodero y que costó tres veces menos que el de su sucesor: 24.780 euros.
Los retratos de Bono y Marín fueron presupuestados el mismo día por la Mesa del Congreso y su precio generó polémica puesto que España estaba inmersa en plena crisis económica. El tema dio hasta para un debate parlamentario.
Fue en la Comisión de Cultura del Congreso donde la Izquierda Plural (IU-ICV-CHA) pactó una proposición no de ley con el PSOE para instar al Gobierno a implantar "otros métodos de elaboración" de los retratos oficiales que resultasen "menos onerosos para el Estado" y apostaba, en concreto, por extender el uso de fotografías. La iniciativa fue rechazada por el PP, que entonces contaba con mayoría absoluta.