MADRID, 24 Dic. (EUROPA PRESS) - El Rey elige el Salón de Audiencias del Palacio de la Zarzuela para pronunciar su mensaje de Navidad El Rey Felipe VI ha llamado este domingo a los diputados electos del Parlamento de Cataluña a emprender un camino que no lleve "de nuevo al enfrentamiento o a la exclusión", sino a recuperar "la serenidad, la estabilidad y el respeto mutuo". En su tradicional Mensaje de Navidad a los españoles, Don Felipe ha hecho alusión a las elecciones autonómicas celebradas en Cataluña el pasado jueves, que arrojaron una victoria del bloque independentista aunque Ciudadanos fue el partido más votado, para recordar a los parlamentarios que "ahora deben afrontar los problemas que afectan a todos los catalanes, respetando la pluralidad y pensando con responsabilidad en el bien común de todos". En una alusión a todo lo sucedido desde el referéndum ilegal del 1 de octubre, el Rey ha señalado que ya se ha visto que apostar por el enfrentamiento y la exclusión solo genera "discordia, incertidumbre, desánimo y empobrecimiento moral, cívico y, por supuesto, económico de toda una sociedad". Por eso, ha llamado a tomar una vía que conduzca a que "la convivencia en el seno de la sociedad catalana, tan diversa y plural como es, recupere la serenidad, la estabilidad y el respeto mutuo" y "las ideas no distancien ni separen a las familias y a los amigos". Ese camino, ha añadido, también debe conducir a que "renazca la confianza, el prestigio y la mejor imagen de Cataluña" y a reafirmar sus mejores valores: "su capacidad de liderazgo y de esfuerzo, su espíritu creativo y vocación de apertura, su voluntad de compromiso, y su sentido de la responsabilidad". Desde el salón de audiencias del Palacio de la Zarzuela, el Rey ha mencionado ya al inicio de su mensaje la situación en Cataluña como acontecimiento que ha "marcado" un 2017 "difícil" para la vida "en común de los españoles", un mensaje en el que ha hecho además una reivindicación de los 40 años de democracia española. Y es que, ha destacado el monarca, España es hoy "una democracia madura, donde cualquier ciudadano puede pensar, defender y contrastar, libre y democráticamente, sus opiniones y sus ideas" pero no "imponer las ideas propias frente a los derechos de los demás". De hecho, ha remarcado que respetar y preservar los principios y valores del Estado social y democrático de Derecho es imprescindible para una convivencia en "la libertad, la igualdad, la justicia y el pluralismo político", tal como dice, textualmente, la Constitución española. "Cuando estos principios básicos se quiebran, la convivencia primero se deteriora y luego se hace inviable", ha advertido. Eso sí, Don Felipe también ha valorado que en 2017 se ha comprobado el "compromiso muy sentido, firme y sincero de los españoles con la España democrática" y que los valores de respeto y diálogo están muy arraigados en los españoles. "Mucho más de lo que nos podíamos imaginar", ha asegurado. En vísperas del año en que se celebrará el 40 aniversario de la Constitución española, ha subrayado que en cuatro décadas se ha hecho realidad un país moderno, entre los más avanzados del mundo, y con una democracia asentada "definitivamente" que incluso superó "hace décadas un intento de involución". Y ha añadido que todo ello "ha sido posible gracias a "una España abierta y solidaria, no encerrada en sí misma", que reconoce y respeta las diferencias, la pluralidad y la diversidad de los españoles con un "espíritu integrador", una "España inspirada en una irrenunciable voluntad de concordia" que es "un gran triunfo de todos los españoles". Pese a reconocer que "no todo han sido aciertos" y que persisten situaciones difíciles que "hay que corregir" con el compromiso de todos, el Rey considera que "el balance tan positivo de todos estos años es innegable" y que los españoles se merecen "apreciarlo y valorarlo". Para el Rey, no debemos "renunciar" a esa España sino que es un proyecto que debe "ilusionar" para seguir construyéndola, "mejorándola, actualizándola, sobre la base sólida de los principios democráticos y los valores cívicos de respeto y de diálogo". Y se ha mostrado convencido de que "nadie desea una España paralizada o conformista, sino moderna y atractiva, que ilusione; una España serena, pero en movimiento y dispuesta a evolucionar y a adaptarse a los nuevos tiempos". De hecho, el Rey ha finalizado sus palabras con un mensaje de optimismo, llamando a los españoles a que estén "sin complejos, orgullosos" de todo lo conseguido y a confiar en lo que pueden "alcanzar juntos". Con todo también ha avisado de que resolver el problema surgido en Cataluña no puede hacer olvidar otros desafíos importantes, empezando por la creación de empleo "estable", pese a que la situación económica haya mejorado, y el afrontar "la desigualdad y las diferencias sociales" sobre todo tras una crisis "que tanto daño ha hecho a no pocas familias, y ha afectado tanto al futuro de muchos jóvenes". Además, ha recordado la obligación de afrontar el terrorismo yihadista, que hace pocos meses atacó Barcelona y Cambrils, así como la experiencia española de que es posible vencer al terrorismo con "unidad democrática, la firmeza del Estado de Derecho, y la eficacia de la cooperación internacional", y teniendo presente el recuerdo de las víctimas. En tercer lugar, ha advertido de que la corrupción se mantiene como una de las principales preocupaciones de la sociedad, que demanda que sigan tomándose "medidas para su completa erradicación". Además de llamar a España a "recuperar su protagonismo" en una UE que no puede mostrar "debilidad o división" ante los retos que enfrenta, Don Felipe ha puesto en valor los retos del cambio climático y la violencia de género. Del primero, ha avisado de que no se trata de un problema menor, sino que sus riesgos y efectos ya se están sufriendo y España debe "mantenerse firme en sus compromisos" ante un problema que requiere soluciones globales y urgentes. Y sobre la violencia de género ha recalcado que es una "lacra inadmisible" y que "avergüenza e indigna" y pide mantener "la firmeza y el apoyo político para ayudar y defender a las víctimas" y concienciar a toda la sociedad contra una violencia "criminal y cobarde" que degrada la convivencia. Como es habitual, Don Felipe ha finalizado su discurso, de apenas 12 minutos de duración, felicitando la Navidad en todas las lenguas cooficiales españolas.