Llama a votar por el "sentido común" que encarna Iceta y reivindica el derecho de defender España, que no es patrimonio único de la derecha El líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha presentado este sábado a su partido como el único que no tiene complejos en reivindicar España como proyecto nacional, pero que es capaz de defender la integridad territorial "desde la concordia" y sin caer "en la confrontación" como, en su opinión, hace el PP. En su discurso ante el Comité Federal del partido, máximo órgano entre congresos, no sólo ha marcado distancias con el PP, sino también con Podemos y sus confluencias, a quienes se ha referido como la "triste izquierda" que "acompaña al secesionismo de las élites" y a quienes ha acusado de contribuir a "banalizar" las causas justas, que no tienen nada que ver con banderas nacionalistas, sino que están en los recortes sociales, la precariedad laboral o la lucha contra la corrupción. Y es que la "perversión" del secesionismo, advierte Sánchez, es poner el acento en la fractura territorial para "tapar" la verdadera fractura, que es la social, y que habita por toda la geografía española, ya sea en Madrid, Cataluña o Galicia. El problema de Cataluña, asegura Sánchez, "no es España", sino sus "malos gobernantes", que han enfrentado a los catalanes entre sí, y a estos con el resto de españoles y europeos. Por eso, ha instado a abrir un nuevo tiempo a partir de las elecciones del 21 de diciembre en Cataluña, y ha pedido el voto para el candidato del PSC a la Generalitat, Miquel Iceta, porque "las grandes crisis se superan con enormes dosis de sentido común", como el que encarna Iceta y su estrategia de abandonar el enfrentamiento entre los bloques constitucionalista y secesionista, una lógica de bloques que es "la que bloquea", en palabras de Sánchez. Ante un Comité Federal recién renovado y con una mayoría de afines al líder, Sánchez ha instado a los socialistas a que sientan como propio el "sacrificio" de los socialistas catalanes y a no caer en la trampa en la que han caído otros al comprar el relato de que la defensa de España es un patrimonio exclusivo de la derecha. "Una de las peores herencias del franquismo fue intentar arrebatar a la izquierda el derecho a invocar" el nombre de España, les ha recordado. Pero Sánchez ha querido dejar claro que la España que defienden los socialistas es "radicalmente diferente" de la que quiere el PP. "Queremos una España autonómica, no centralista; diversa, no una España uniforme; solidaria, no desigual", ha enumerado. Y esa España, advierte Pedro, ha de construirse desde "el diálogo" y la "concordia". Eso sí, desde un diálogo sobre cómo unirnos, y no sobre cómo rompernos, ha precisado. "Dialogar para ver cómo Cataluña se queda en España, no cómo se va", ha añadido, marcando distancias así con el referéndum pactado que defiende Podemos y que permitiría que sólo los catalanes se pronunciaran sobre si quieren seguir o irse de España. "¿Qué izquierda es ésa que justifica que haya presos políticos en otros países y se lleva las manos a la cabeza porque hay políticos presos en España?", ha deslizado Sánchez, en alusión al silencio que mantiene Podemos con respecto a los presos políticos en Venezuela. Precisamente ese espíritu de concordia que encarnan los socialistas es lo que les diferencia del PP, que siempre ha afrontado la cuestión territorial "desde la confrontación", ha denunciado Sánchez. El líder ha afirmado que el PSOE siempre estuvo en contra de una declaración de independencia en Cataluña y de la aplicación del artículo 155, pero, una vez impuesta la DUI, "no cabía otra respuesta que el 155". Pero Sánchez no sólo ha marcado diferencias con el PP sobre cómo entiende uno y otro el modelo territorial. También ha querido denunciar el "legado de cenizas" que van a dejar las dos legislaturas de Mariano Rajoy, con un rescate bancario por la mala gestión de Bankia que le ha costado a los españoles 40.000 millones de euros que no recuperarán. En ese legado también ha incluido la comparecencia inédita de un presidente del Gobierno español ante los tribunales por la corrupción de su partido; el recrudecimiento de una crisis territorial que creció ante sus ojos sin que hiciera nada por impedirlo y la "terrible desigualdad" provocada por sus recortes en el gasto social. Frente a ello, el PSOE quiere erigirse como "la izquierda de las oportunidades" y ha anunciado que a primeros de año los socialistas presentarán un proyecto de Presupuestos Generales del Estado alternativo al del PP con el fin de visualizar que otras cuentas son posibles (a pesar de que los socialistas sólo pueden intentar modificar el proyecto de Presupuestos que presente el Gobierno vía enmiendas en el Parlamento). Sánchez ha advertido de que todas las crisis contemporáneas tienen una misma raíz en "la desigualdad y el malestar" que ésta crea, un caldo de cultivo que alimenta "los monstruos que tienen que ver con el populismo". Y lo que se está viviendo en Cataluña tiene mucho que ver con esto, ha asegurado. Frente a este escenario, Sánchez ha presentado al nuevo PSOE de hoy -el que ha culminado la renovación de sus órganos principales-- como un partido "fuerte y unido", preparado para "ponerse al servicio de la concordia" y que cree en la solidaridad entre españoles, la que permite que no deja a nadie al margen". "Una izquierda que ya no mira por el retrovisor", sino que sale "con ganas de ganar" las próximas elecciones catalanes y las municipales, autonómicas y europeas de 2019.