Piensa que esa campaña se volverá en contra de la derecha cuando vayan a celebrarse las elecciones
MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sostiene que existe una estrategia política, mediática y también judicial contra él y su entorno más próximo, pero se muestra convencido de que está condenada al fracaso e incluso se volverá en contra de los acosadores, es decir de la derecha, en el momento que vuelva a haber elecciones.
Sánchez ha hecho estas declaraciones en conversación informal con los periodistas en el acto de conmemoración de la Constitución que se ha llevado a cabo este viernes 6 de diciembre en el Congreso de los Diputados.
De este modo, el jefe de Ejecutivo asume en primera persona el discurso lanzado el pasado fin de semana por los principales dirigentes de su partido, que ya cargaron contra los jueces al denunciar una "cacería humana" contra Sánchez desde los medios "y en sede judicial", tal como afirmó el secretario de Organización, Santos Cerdán, en el 41 Congreso Federal.
Sánchez hace referencia así a los distintos casos judiciales que afectan a su mujer, Begoña Gómez, investigada por varios delitos como tráfico de influencias, corrupción en los negocios, apropiación indebida e intrusismo; y también a su hermano, David Sánchez, investigado por delitos contra la Hacienda Pública, malversación, prevaricación y tráfico de influencias.
ASEGURA QUE SU GOBIERNO ES LIMPIO Y NO LES VAN A QUEBRAR
Defiende que hay en marcha una estrategia de acoso por tierra, mar y aire por parte de la derecha mediática, política y también judicial, y señala que en los cinco días de reflexión que se tomó el pasado mes de abril tras la imputación de su mujer ya advirtió que estos ataques se iban a incrementar.
Sobre las revelaciones lanzadas por el presunto conseguidor de la trama Koldo, Víctor de Aldama, que apuntan a sus principales colaboradores políticos como el propio Cerdán, la vicepresidenta María Jesús Montero o el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, insiste en que está tranquilo porque el tiempo pondrá las cosas en su sitio y reitera que tiene un Gobierno limpio.
Insiste además en trasladar su respaldo al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, investigado en una causa por revelación de secretos del novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
Por el contrario acusa a la oposición de haber dejado a un lado el debate legítimo de ideas y se ha pasado directamente a la destrucción de los rivales políticos. En este sentido sostiene que la oposición ha dejado de ser política y se basa solo en el insulto el bulo y el ruido y apunta además que los temas políticos de fondo los han ido ganando pero sostiene que no les van a quebrar.
A su juicio esta estrategia está condenada al fracaso, tanto en el plano judicial como en el político y electoral y dice que cuando llegue el momento de que los ciudadanos vuelvan a ser convocados a las urnas esta estrategia de acoso se volverá en contra de los acosadores.
PERCIBE UN VÍNCULO ENTRE LOS VOTANTES Y SUS POLÍTICAS
En esta línea, Sánchez percibe una gran vínculo entre los votantes progresistas y las políticas que está llevando a cabo su Gobierno -- con una intensidad pocas veces vista, según traslada-- que se suma a la empatía que a su juicio sienten por esta estrategia de acoso de la que se dice víctima.
En este momento, considera que los ciudadanos están a sus cosas, preocupados por los temas cotidianos e incluso fuentes gubernamentales añaden que perciben cierta desmovilización por el ruido generado por los casos judiciales y las acusaciones de corrupción. Sin embargo, insisten en que en el momento de votar tendrán un apoyo mayoritario.
Sánchez afirma incluso que cuando este votante se active y vuelva a haber elecciones a la vista, quienes han llevado estos asuntos a la arena política, es decir la derecha, sufrirán un rechazo aún más mayoritario que el que les impidió formar gobierno en las elecciones del 23 de julio de 2023.
Por el contrario, ve a un Partido Popular extraordinariamente débil y dice que su líder, Alberto Núñez Feijóo, ha sufrido un importante desplome en las encuestas.