Avisa de que el 1-O podía haber hecho "que cayera el Gobierno" de Mariano Rajoy y no lo hizo
MADRID, 19 (EUROPA PRESS)
Sánchez afirma en su libro que ha establecido una "relación de complicidad" con Felipe VI y hablan "de manera regular"
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, plantea en su libro "Manual de Resistencia", que presentará el próximo jueves, una reforma de la Constitución para "recomponer el consenso perdido" y "poner orden", pero considera "absurdo" que para ello haya que lograr un consenso equiparable al de 1978 porque, alega, este argumento "opera en contra de cualquier acuerdo".
En su opinión, la reforma de la Carta Magna no tiene por qué cerrarse en cuatro años, sino que plantea iniciar un proceso ahora que acabe en seis, ocho o diez años para hacerlo "en serio, con profundidad y sin prisa", tal y como lo expone en el último capítulo del libro titulado "continuar la historia".
Ahí afirma que el PSOE es el único partido que puede renovar el pacto constitucional, que plantea llevar a cabo de abajo arriba, abriendo el Congreso de los Diputados a colectivos, ONG o personalidades. Explica que se trata de pasar de una "Constitución más institucional" a una "Constitución más ciudadana" y el camino para hacerlo es "el debate en sí" recomponiendo los "consensos rotos".
Cree que lo que justifica la reforma es anticipar en el ordenamiento jurídico político y en la forma de convivir la Europa hacia la que se va, que según él es una "Europa federal" y recuerda que en la "integración europea se están redefiniendo el Estado nación y los procesos de decisión". Es decir, plantea el federalismo, del que dice que aquí se ve como "disgregador", pero en Europa resulta ser todo lo contrario: "integrador".
En "Manual de Resistencia", el primer libro publicado por un presidente en ejercicio, Pedro Sánchez, explica las dos decisiones que tomó como presidente nada más llegar a Moncloa, la primera, cambiar el colchón de la cama y la segunda, dar cobijo al Aquarius. Repasa la moción de censura y todo su periplo previo en el PSOE.
Se extiende especialmente en la crisis de Cataluña y destaca la "oposición de Estado" que considera que ejerció su partido apoyando a Mariano Rajoy tanto en el rechazo a la celebración del referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 en Cataluña como en la aplicación del 155.
"CONFIANZA MUTUA" CON RAJOY Y CRÍTICAS AL EXPRESIDENTE
Pedro Sánchez relata como recompuso su relación con Mariano Rajoy a raíz de las conversaciones que comenzaron a mantener en el verano de 2017 con motivo de la convocatoria del referéndum ilegal del 1 de octubre en Cataluña. Expone que la reunión más importante fue la celebrada el 26 de octubre de 2017 en vísperas de la aplicación del artículo 155 de la Constitución.
Se trató de un encuentro de 3 horas, seguido de una cena en la residencia de Rajoy, en el que diseñaron la "hoja de ruta" del 155 y en el que ambos terminaron de "superar ese día las dificultades de la primera legislatura" y establecieron una "confianza mutua".
No obstante, esa "confianza" no impide que Pedro Sánchez ahorre críticas a la actuación de Mariano Rajoy en la crisis catalana. Considera que el expresidente del Gobierno no supo anticiparse a los acontecimientos como planteaba Kissinger, sino que dilató la "acción" hasta que el asunto se pudrió.
Expone que la crisis catalana exige "diálogo y reformas" y eso puede "no convenirte si piensas en términos de partido". En este punto, advierte de que "la reforma constitucional es el camino para recomponer el consenso perdido" y cree que se debe hacer con las mayorías que marca la Constitución, en unos casos dos tercios y en otros, tres quintos.
"A veces el argumento de lograr un consenso equiparable al de 1978 se vuelve absurdo y opera en contra de cualquier acuerdo", advierte el jefe del Ejecutivo, quien cree que Rajoy debería haber abordado la reforma constitucional cuando "disfrutaba de mayoría absoluta", no tanto para "contentar a los independentistas" sino "para poner orden".
Sin embargo, cree que el "inmovilismo" de Rajoy llevó a mucha gente a abrazar la causa independentista como única propuesta de cambio". En este sentido, Pedro Sánchez insiste en que al independentismo se le vence con un "proyecto alternativo en España, que debe mostrar esa capacidad de renovar y avanzar".
RAJOY SE DEBERÍA HABER REUNIDO CON PUIGDEMONT
El presidente del Gobierno asegura que él habría hecho las cosas de otra manera, e incluso se lo dijo a Rajoy. Afirma que él se habría reunido con Puigdemont --"antes de su huida, claro"-- para no dar argumentos al "victimismo" independentista; habría atendido el listado de 23 puntos que le planteó Artur Mas, no el de la independencia que considera "inadmisible", sino el resto por que también afectan a otras comunidades autónomas como la financiación de la Sanidad, la dependencia o las infraestructuras.
Además, habría abierto una vía de diálogo parlamentario en el Congreso "como finalmente se hizo" accediendo a la petición de la subcomisión territorial. En el plano simbólico, también critica a Rajoy y a su gobierno que cuando fueron a la manifestación de Barcelona contra el atentado del 17 de agosto de 2017, no fueran a la sede de la Generalitat, sino que salieran desde la Delegación del Gobierno "como si fuera la embajada de un país amigo".
Sánchez, aunque reconoce que el Gobierno de Rajoy le puso en una posición difícil con las cargas policiales del 1-O, defiende el apoyo que dio el PSOE a la aplicación del artículo 155 de la Constitución por entender que ejerció una "oposición de Estado". Incluso afirma: "el 1-O podíamos haber hecho que cayera un Gobierno y no lo hicimos".
"GESTO DE AUDACIA" QUE "CAMBIÓ EL PASO AL INDEPENDENTISMO"
Por el contrario, asegura que el que Rajoy contara con el apoyo socialista "desmonta" la falsa coartada de que España era un país franquista. Cree que su apoyo al 155 fue "crucial" para España y también el que él realizara una "ronda internacional", lo que ha hecho que el "independentismo quedara muy tocado en el plano exterior". También cree que el hecho de que tras aplicar el 155 se convocaran elecciones, algo que él insistió a Rajoy, fue un "gesto de audacia" y "cambió el paso al independentismo".
También lanza críticas a los independentistas por pretender un referéndum de autodeterminación cuando ni siquiera cuentan con los dos tercios necesarios para modificar el Estatuto de Autonomía. Cree que el "desafío real" del Gobierno catalán es construir un acuerdo que aglutine el 70 u 80 por ciento de la población y que pueda someter a votación. "Hay que votar, sí, pero algo que una a la sociedad, no algo que la divida", exclama.
COLAU, DEL LADO DEL INDEPENDENTISMO E IGLESIAS, NO ES CONSCIENTE
Al hilo del problema catalán, explica también su opinión sobre otros líderes, como Ada Colau, de la que dice que cuando hay alguna duda siempre se pone del lado independentista. O de Pablo Iglesias, de quien asegura que no fue consciente de lo que se jugaba España como país con el referéndum del 1-O.
Reprocha al líder del partido naranja que lo legitimaran con su participación y sus declaraciones, blanqueando así el movimiento independentista y admite incluso que la crisis catalana le hizo perder cierto contacto con él.
Sobre Ciudadanos, asegura que viven del conflicto, de hecho, considera que el "primer fracaso" del independentismo es haber hecho a Cs la primera fuerza política de Cataluña. Algo que también ha hecho reflexionar a Unidos Podemos, que han dejado de hablar de su apoyo al derecho de autodeterminación, según asegura en su libro.
En cuanto al PDeCAT afirma que se ha diluído a sí mismo en un movimiento por el "caudillismo" y el "hiperliderazgo" de Puigdemont. Y sobre ERC, cree que sus mecanismos internos les hacen "más estables y previsibles".