Archivo - La líder de los comuns en el Parlament, Jéssica Albiach (i), y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz (d), a su llegada a un acto de SUMAR en Recinto Ferial, a 13 de enero de 2023, en Tarragona, Catalunya - Laia Solanellas - Europa Press - Archivo
Este espacio político cosecha con 6 escaños el tercer peor resultado al quedarse con seis diputados, algo que no ocurría desde 1984 MADRID, 12 May. (EUROPA PRESS) -
Sumar sigue en una dinámica descendente tras los comicios catalanes ante la caída de los 'comunes', uno de los principales baluartes del proyecto liderado por la vicepresidenta Yolanda Díaz, que cosecha solo seis diputados con el 98,56% del voto escrutado, dos menos con respecto a 2021.
No obstante y pese a esa bajada, tapona en parte las debacles previas en Galicia y Euskadi al conservar su socio catalán opciones de tener relevancia política en posibles pactos postelectorales, dado que podría ser claves en un eventual tripartido con PSC y ERC sumando 68 escaños, después de que el bloque independentista no dispone de mayoría absoluta. De hecho, uno de los objetivos que se habían marcado era poder ser determinantes para la gobernabilidad en el bloque de izquierdas.
Tras dos legislaturas estancados en ocho escaños, los 'comunes' han experimentado un descenso al quedarse en el 5,81% del voto emitido el 12M con 179.909 papeletas, 15.436 menos que en 2021 y una caída porcentual del 1,06% de apoyo electoral.
En consecuencia, no han sido la llave para abrir en Sumar una dinámica ascendente en este ciclo electoral tras la debacle de las pasadas elecciones gallegas, quedándose como fuerza extraparlamentaria, y el varapalo en Euskadi donde cosechó solo un escaño cuando el antiguo espacio confederal disponía de seis diputados en 2020.
Sumar confiaba que el amplio arraigo territorial de los 'comunes' fuera diferencial para cambiar esa tendencia, pues esperaban crecer cuando se adelantaron las elecciones en Cataluña. Aparte, el factor de competición electoral con Podemos, como pasó en el País Vasco, no jugaba en esta ocasión al renunciar la formación morada a concurrir en Cataluña.
Y aunque su aliado electoral se ha valido de su implantación sobre todo en Barcelona, donde gobernaron el Ayuntamiento ocho años para conservar un suelo electoral, ha padecido la tendencia del voto útil de PSC que desde Sumar venían detectando en la última semana de campaña y que no han podido revertir.
TERCER PEOR RESULTADO EN CATALUÑA
Así, este espacio político ha obtenido el 12M su tercer peor resultado, dado que el extinto PSUC logró seis diputados en 1984 (con el 5,4% de los votos entonces) e ICV cosechó solo tres escaños en 1999 (con solo un 2,5% de los sufragios a nivel general).
Lejos quedan los niveles alcanzados en 2015 mediante la marca 'Cataluña Sí que es Pot' (forjada por Podemos, ICV-EUiA sin el apoyo entonces de los 'comunes') que logró 11 escaños en las autonómicas o los l3 que obtuvo la coalición que en 2012 vinculada a IU, la referencia de la izquierda alternativa estatal hasta la irrupción de la formación morada. Y también a gran distancia del hito que supusieron los 25 diputados del PSUC en 1980.
Máxime cuando en esta comunidad donde llegó a ser primera fuerza política en las elecciones generales de 2015 y 2016, en pleno auge del Podemos liderado por Pablo Iglesias y con Xavier Domenech de candidato, rozando casi el millón de votos.
NO SACA RENTABILIDAD DE SU PRESENCIA EN EL GOBIERNO CENTRAL
Por tanto, Sumar no logra por ahora rentabilizar en términos electorales su presencia en el Gobierno de coalición ni tampoco propicia la anhelada revitalización de la izquierda ajena al PSOE tras reemplazar a Podemos como formación hegemónica, que desde las autonómicas de 2019 empezó a dar muestras de declive.
Con la implicación en campaña de la líder de Sumar y de varios ministros, la confluencia se afanó por marcar perfil propio para retener su base electoral, en especial tras la confirmación de la continuidad del presidente Pedro Sánchez.
Sobre todo con la exigencia de acelerar la agenda del gobierno en la parcela social, reformas en justicia y la derogación de la Ley 'Mordaza', al igual que en debates ideológicos sobre la tauromaquia (tras suprimir el Premio Nacional) y en especial sobre la causa palestina, al urgir al reconocimiento como Estado o con la carta del ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, a empresas españolas en Israel para no contribuir al genocidio en Gaza.
Si bien, el principal mensaje fue reivindicarse como elemento de desbloqueo político, al tratar de erigirse como factor clave para un posible Ejecutivo autonómico de izquierdas bajo la fórmula de un tripartito con PSC y ERC.
Así, una constante ha sido exigir al PSC y su candidato, Salvador Illa, no abrirse a ningún pacto con Junts y garantizar la gobernabilidad desde alianzas con la izquierda que evite el bloqueo y una hipotética repetición electoral.
SUMAR, MÁS COMPETITIVO CON UN ALIADO AUTONÓMICO
En el plano interno, los 'comunes' pese al descenso se afianzan como uno de los socios más relevantes dentro del frente amplio forjado por Díaz, aparte de ser uno de los principales valedores del proyecto.
No obstante, evidencia también que necesita por ahora de un aliado autonómico para ser más competitiva en ciertas comunidades autónomas, después de sufrir en Euskadi y Galicia ante la pujanza de Bildu y BNG.
Un aspecto que no es baladí en una coalición que aglutina a partidos de carácter regional como Más Madrid o Compromís, pero también a formaciones de carácter estatal como IU y que suscitó episodios de tensión como en la configuración de la campaña a las europeas o los equilibrios internos por la construcción orgánica de Sumar.