BRUSELAS, 31 Oct. (EUROPA PRESS) -
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El secretario de Estado de Inmigración y Asilo belga, Theo Francken, que este fin de semana abrió la puerta a estudiar el asilo político para el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, es conocido por su política de mano dura contra la inmigración. De hecho, se ha visto envuelto en numerosas polémicas, que le han valido la desautorización del jefe del Ejecutivo belga, el liberal valón Charles Michel, en varias ocasiones.
Francken, de 39 años y licenciado en Pedagogía por la Universidad Católica de Lovaina, pertenece al nacionalista flamenco N-VA y ha puesto en un brete al Gobierno belga en varias ocasiones por sus declaraciones despectivas hacia la inmigración y manifiestamente racistas y xenófobas.
Apenas entró en el Gobierno federal belga, en octubre de 2014, protagonizó el primer escándalo por asistir al aniversario de Bob Maes, fundador de la Orden de Militantes Flamencos y conocido colaborador con el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Se trata de una organización de extrema derecha creada en 1949 y que estuvo vinculada a ataques paramilitares contra inmigrantes y militantes de izquierda antes de desaparecer a finales de los 80.
A mediados de septiembre tuvo que retractarse tras prometer una "limpieza" de inmigrantes de las calles, tras la detención de más de una veintena, después de que el primer ministro belga Michel dejara claro que no se expresó de forma "adecuada". Francken tuvo que precisar que no se refería a "limpieza de gente" sino de "problemas". "Y seguiré haciéndolo. Las ruinas de la izquierda son inmensas", subrayó a través de Twitter.
Meses antes, ya se había visto envuelto en otra polémica al negarse a facilitar visados humanitarios para una familia siria de Alepo, con dos hijos menores, para facilitar que pudieran pedir asilo en Bélgica, a pesar de que una familia belga se había mostrado dispuesta a acogerles en su casa. No obstante, el Tribunal de Justicia de la UE avaló en marzo pasado que los Estados miembros no están obligados a facilitar visados humanitarios, dándole la razón a él y a la Oficina de Extranjería belga que denegó la petición.
Francken, que comenzó su carrera política como asesor para el NV-A y su formación antecesora entre 2004 y 2009 en el Parlamento flamenco, ha sido diputado de la Cámara de Representantes del Parlamento federal entre 2010 y 2014, donde destacó por su iniciativa para restringir la reunificación familiar y su trabajo para lograr la eliminación del procedimiento acelerado para obtener la nacionalidad belga.
El político flamenco "más popular" de Bélgica según los sondeos ha crecido en política al calor del actual ministro-presidente de la región de Flandes, Geert Bourgeois, también de la NV-A y del que fue asesor entre 2004 y 2008 y su jefe de gabinete adjunto entre 2009 y 2010. También es alcalde de su localidad, Lubbeek, cercana de Lovaina, donde fundó en 2001 la marca local dela NV-A.
Francken, padre de dos hijos, también se vio en el foco con por unas declaraciones de tinte racista y islamófobo en Facebook en 2011 al cuestionar la aportación económica de los inmigrantes marroquíes, argelinos o congoleños en los países de acogida. "Me puedo imaginar el valor añadido de las diásporas judía, china e india pero menos aquellas diásporas marroquí, congoleña o argelina", aseguró.
POLÉMICA CON SUDÁN
La penúltima polémica es del pasado septiembre, cuando Francken invitó al país a una delegación sudanesa para que identificase a los inmigrantes irregulares de cara a su expulsión.
El presidente sudanés, Omar el Bashir, está buscado por la justicia internacional por crímenes de guerra y genocidio así que, ante las críticas de la oposición, el primer ministro tuvo que dejar claro que no había un acuerdo respaldado por "una decisión formal del Consejo de ministros" y que las relaciones con Sudán se limitaban "al estricto mínimo diplomático".
El primer ministro belga volvió a censurar públicamente este domingo a Francken al pedirle que no echara "leña al fuego" tras abrir la puerta al asilo para Puigdemont en Bélgica.
"El asilo no está en la agenda. Reiteramos nuestro llamamiento al diálogo y le pido a Theo Francken que no arroje leña al fuego", aseguró en un comunicado recogido por la agencia Belga.