Trapero afirma que había un plan para detener a Puigdemont desde "dos días antes" de la DUI
Achaca actuación de Mossos el 1-O a que la juez pidió "paciencia, contención y garantizar la paz social"
Golpe de efecto del presidente del tribunal, que pregunta por la reunión clave a la que no se pudo referir el fiscal en su interrogatorio
MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
El mayor de los Mossos d'Esquadra Josep Lluís Trapero ha asegurado este jueves que pidió al expresidente catalán Carles Puigdemont, al exvicepresidente Oriol Junqueras y al exconseller de Interior Joaquim Forn tres días antes del referéndum del 1 de octubre de 2017 que cumplieran la legalidad y le transmitió que la policía autonómica estaba con la Constitución y no acompañaba el proyecto independentista.
"Transmitimos varios mensajes. Les trasladamos nuestra preocupación por posibles conflictos graves de orden público y seguridad ciudadana. Que iba a haber dos millones de personas en la calle y 15.000 policías y eso iba a provocar conflictos graves de orden público. Les emplazamos al cumplimiento de la legalidad, de las órdenes judiciales, y les dijimos que íbamos a cumplirlas. Que el cuerpo de Mossos no iba a quebrar con la legalidad y la Constitución, que no acompañábamos el proyecto independentista", ha resumido Trapero en su última intervención en el juicio por el proceso independentista en Cataluña, tras más de cuatro horas declarando.
QUERÍA QUE TAMBIÉN FUESE FORCADELL
El mayor ha explicado que fue él mismo el que pidió a Forn la celebración de ese encuentro con los exdirigentes del Govern y que también solicitó que estuviera la entonces presidenta del Parlament Carme Forcadell porque su preocupación iba "más allá del tema del referéndum".
El exjefe de la policía autonómica ha podido finalmente explayarse en la explicación sobre lo ocurrido en esta reunión con los exdirigentes de la Generalitat el día 28 de septiembre, ya que, después de las preguntas de acusaciones y defensas, ha sido el presidente del tribunal, el magistrado Manuel Marchena, el que ha tomado la palabra para preguntarle "qué mensaje querían transmitir" los mandos de la policía autonómica.
Así, por primera vez en el juicio del 'procés', Marchena ha hecho uso de la prerrogativa que le concede para este fin el artículo 708 del la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LeCrim) y con el objetivo de "depurar los hechos" en lo que respecta a una reunión que ya ha salido a relucir varias veces en sesiones anteriores.
Trapero no había relatado lo ocurrido en el encuentro, celebrado en el Palau de la Generalitat, porque el primer abogado en intervenir en esta décimo séptima jornada, la acusación popular que ejerce Vox, no había preguntado por este asunto, de modo que el resto de partes tampoco han podido hacerlo después, incluido el fiscal Javier Zaragoza, que lo ha intentado en un par de ocasiones y Marchena se lo ha impedido.
NO ESTABAN PARANDO EL REFERÉNDUM
Tras la sorpresiva pregunta de Marchena, Trapero ha respondido de forma prolija y visiblemente tranquilo y seguro. Según ha explicado, los mandos de los Mossos ya se habían reunido con exdirigentes catalanes el 26 de septiembre, donde les habían comunicado que la policía autonómica iba a cumplir los mandatos judiciales. Una vez que recibieron el auto de la magistrada del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) Mercedes Armas y comprobaron que la convocatoria del referéndum no se estaba "parando", el mayor solicitó a Forn la tarde del 27 de septiembre un nuevo encuentro.
El exconseller no le contestó hasta la mañana del día siguiente y una vez concertada la reunión para la tarde del 28 Trapero llamó a los comisarios Joan Carles Molinero y Ferrán López, además del responsable de la Comisaría General Técnica de Planificación Emili Quevedo y el entonces jefe de Información Manel Castellví, para que le acompañaran. Precisamente fueron Castellví y Quevedo quienes hablaron por primera vez de esta reunión en el juicio.
Trapero ha destacado que también solicitó a Forn que avisara a Puigdemont, Junqueras y Forcadell; sobre ésta última, considera que su presencia en la reunión "tenía importancia porque el emplazamiento" que quería hacer a todos para cumplir la legalidad "iba más allá del tema del referéndum". El Parlament ya había aprobado las leyes de desconexión y fue allí donde después salió adelante la declaración unilateral de independencia (DUI). Sin embargo, la expresidenta finalmente no asistió.
PREOCUPACIÓN POR LA SEGURIDAD CIUDADANA
"Cuando llegamos al Palau, no acudió Forcadell, desconozco si se lo dijeron o no. Transmitimos varios mensajes. El primero, dijimos que íbamos como cúpula del cuerpo y, por lo tanto, esa era la posición de los Mossos de Esquadra. Trasladamos la preocupación por el orden público y la seguridad ciudadana porque iba a haber dos millones de personas en la calle y 15.000 policías actuando, y que eso necesariamente iba a ocasionar, desde nuestro punto de vista, conflictos graves de orden público y seguridad ciudadana", ha afirmado.
"Les emplazamos a un cumplimiento de la legalidad, de las órdenes judiciales, les dijimos que evidentemente las íbamos a cumplir, que no se equivocasen con nosotros. Les dijimos que el cuerpo de Mossos, evidentemente, no iba a quebrar nunca con la legalidad y la Constitución; que no acompañábamos el proyecto independentista, que estábamos molestos con declaraciones que había habido de algunos de los responsables políticos. En concreto, hicimos referencia a una del conseller Forn, pero especialmente una que se había dado aquella misma mañana de Turull", ha añadido.
También les transmitieron, ha subrayado, que el Govern debía ser "consciente" de que los mandos de los Mossos estaban "notificados personalmente por el Tribunal Constitucional", y que eso les estaba "poniendo en una posición" en la que incluso corrían "riesgos personales". "Creo que no me he dejado nada", ha dicho.
Tal y como ya manifestó el comisario Castellví en su declaración, también como testigo, en el juicio, fue éste quien hizo una primera intervención en la que alertó de que, de cara al referéndum del 1-O, se habían indentificado varias zonas en las que se ubicaban 40 centros de votación en los que "podía haber personas o grupos que tuviesen actitud diferente de lo que se esperaba en general en la mayor parte de esos colegios donde se iba a desarrollar el referéndum ilegal".