MADRID 15 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Tribunal Supremo deliberará el próximo día 19 de octubre a puerta cerrada sobre la condena a penas de entre 1 y 17 años y nueve meses de prisión dictada contra 14 de los 17 procesados por el motín de la cárcel barcelonesa de Quatre Camins en abril de 2004, durante el cual resultaron heridos el subdirector y otros cuatro funcionarios, han informado fuentes del alto tribunal. En febrero de 2009, la Audiencia Provincial de Barcelona les condenó por delitos de intento de homicidio, detención ilegal y lesiones.
La Audiencia también absolvió a otros tres imputados al considerar que no había quedado demostrada su participación en la revuelta ni en las agresiones a los funcionarios. El magistrado Adolfo Prego ha sido designado ponente de la resolución del alto tribunal.
La sentencia de la Audiencia catalana declaró probado que la revuelta estalló sobre las 18 horas del 30 de abril de 2004 en el módulo 1 --donde se encontraban los presos más conflictivos-- a raíz de un incidente en el que resultó herido un reo.
Liderados por el preso Francisco de Paula Hidalgo, al que los funcionarios habían prohibido realizar una llamada telefónica, nueve internos --cuatro de ellos encarcelados por asesinato-- se acercaron al subdirector del centro de La Roca del Vallès, Manuel Tallón, que había ido al patio para supervisar la situación y que estaba con otros tres funcionarios. Tras un breve forcejeo, los presos les agredieron "de forma indiscriminada".
Los tres funcionarios lograron zafarse de sus agresores aprovechando que la mayoría de presos "se centraban" en el subdirector, y pudieron salir del patio, cerrando tras de sí la puerta de acceso al vestíbulo para impedir que los reos les atraparan.
Según el relato de hechos, siete de los acusados propinaron patadas, principalmente en la cabeza, al director de la prisión. La Audiencia de Barcelona entendió que acción encajaba en el tipo penal de intento de homicidio, ya que consideró que el ataque no fue sorpresivo.
Varios empleados entraron en el patio para rescatar a su jefe, pero De Paula Hidalgo se lo impidió amenazando con matar al responsable del módulo con un punzón que le colocó en el cuello. Otro funcionario, que no pudo escapar del patio como hicieron sus compañeros, recibió patadas, puñetazos y golpes con una pata de una mesa en la cara. Después, le sentaron en una silla, le pusieron una chaqueta de chándal para dificultar su identificación si entraban los Mossos d'Esquadra, y le insultaron y amenazaron durante las tres horas que permaneció retenido.