Declaraba como testigo y perjudicado por el espionaje al fundador de Wikileaks en la embajada de Ecuador en Londres
MADRID, 27 Oct. (EUROPA PRESS) -
El exministro de Economía del gobierno griego Yanis Varoufakis y el abogado hispano francés Juan Branco han señalado este martes ante el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata que nadie les advirtió en sus visitas al fundador de Wikileaks Julian Assange, durante su estancia como asilado en la Embajada de Ecuador en Londres, que fueran a ser grabados o que se fueran a hacer copia de sus teléfonos móviles.
Fuentes jurídicas, consultadas por Europa Press, que han asistido a la declaración por videoconferencia de ambos como testigos y perjudicados por el espionaje indican que Varoufakis ha explicado que en un momento dado la política de la empresa de seguridad contratada por la embajada cambió y les obligaron a dejar en el control los documentos de identidad y los móviles, algo por lo que protestaron enérgicamente.
Además, han insistido tanto el exministro griego como Branco --que formaba parte del equipo legal de Assange-- en que nunca nadie les dijo que se iban a hacer copias de sus móviles y de sus visados con la intención de saber dónde viajaba. Tampoco tenían constancia de que se colocaran micrófonos en la embajada --uno de ellos en la parte inferior de un extintor--.
En esta causa se investiga al ciudadano español David Morales Guillén y a la sociedad mercantil española Undercover Global SL (UC Global) dado que existen elementos indiciarios de que aprovechó el servicio que prestaba en la embajada para espiar a Assange. Tanto Morales --quien se encuentra en libertad provisional con medidas cautelares-- como UC Global están siendo investigados por delitos contra la intimidad y el secreto de las comunicaciones abogado-cliente, cohecho y blanqueo de capitales.
Según De la Mata, "entre los años 2015 y mediados de 2018 la seguridad de la Embajada de Ecuador en Londres fue confiada a esta empresa española, y que aprovechando la prestación de este servicio Morales utilizó diversos dispositivos de grabación de audio y video, para grabar reuniones que Assange mantenía con distintas personas, entre ellas asesores y letrados, "así como para transferir a terceros la información obtenida".
También aprovechaba los filtros de entrada al edificio para
inspeccionar y copiar documentos y dispositivos que los visitantes entregaban en el control de seguridad de la entrada. De este modo se habrían captado reuniones que Assange mantenía con sus
abogados, con políticos, periodistas, amigos personales así como visitas médicas y de diversa índole, incluso "los micrófonos habrían llegado a captar igualmente reuniones de los agentes diplomáticos ecuatorianos".
EL GRIEGO INTERESA AL CLIENTE AMERICANO
Durante el interrogatorio de este martes, la defensa de Assange habría mostrado además un chat de la empresa de UC Global en el que el jefe en septiembre de 2017 les informaba de "la llegada del griego" --por Varoufakis-- y les pedía que obtuvieran información para el cliente. Un día después, en un correo les indicaba que lo de 'el griego' le interesaba mucho "al cliente americano".
Además, fuentes conocedoras del caso apuntan que según las declaraciones de trabajadores de la empresa, estos estaban obligados a negar ante las visitas y ante el propio Assange que hubiera micrófonos instalados, y que incluso en diciembre de 2017 se llegó a cambiar todo el sistema de videovigilancia para que las nuevas cámaras incorporaran micrófono con el que captar las conversaciones.
DOS PIEZAS SEPARADAS
La causa de este supuesto espionaje, que se investiga en la Audiencia Nacional por tratarse de presuntos delitos cometidos por un español en el extranjero, se abrió a mediados de 2019 y el instructor ya ha abierto dos piezas separadas: una denominada 'Correa' después de que el expresidente de Ecuador Rafael Correa presentara una querella contra UC Global, y otra llamada 'News' que se centraría en los periodistas que también pudieron ser espiados por la empresa española.
El instructor también ha escuchado en sede judicial al principal imputado en esta causa, David Morales, quien afirmó que fue el propio Gobierno ecuatoriano el que le solicitó implantar métodos de escucha al estar preocupado porque el fundador de Wikileaks se reunía con "delincuentes".
Además, Morales negó haber vendido información a Estados Unidos y aseguró que los viajes a ese país fueron para contactar con otros clientes de su empresa, según fuentes jurídicas presentes en la declaración.