MADRID 22 Ene. (EUROPA PRESS) -
El comisario jubilado y en prisión provisional José Manuel Villarejo, ha afirmado este miércoles ante el juez Manuel García Castellón y los fiscales Anticorrupción que no tuvo nada que ver con el vídeo grabado en 2006 al entonces juez instructor de Marbella que una década después se habría utilizado para extorsionarle. Dice que los audios que así lo atestiguarían están manipulados.
Villarejo comparecía como investigado por videoconferencia desde la prisión de Estremera en relación a la pieza separada número 6 de la macrocausa Tándem, que indaga el intento de extorsión al juez reconvertido ya en abogado Francisco Javier de Urquía en 2017 que le habrían encargado el empresario Juan Muñoz y su hermano para presionarle en un litigio contra su cliente.
A preguntas de la Fiscalía Anticorrupción, el comisario ha asegurado que ese vídeo fue grabado por agentes del CNI y que así consta entre la cuantiosa documentación que se le intervino cuando fue detenido en 2017. Cree que no se utilizan esos papeles que serían pruebas de descargo porque lo que interesa, es incriminarle.
En cuanto a los audios hallados por los investigadores en ese material según los cuales, Villarejo montó aquella trampa al juez en colaboración con su propio hijo y en connivencia con un traficante de armas interesado en extorsionarle, el comisario insiste en que están manipulados, no reconoce su autenticidad y niega que la reunión que reflejan se produjera.
Niega así también que su hijo, a quien el informe policial sobre esos audios sitúa como la persona que colocó las cámaras para grabar al juez, tuviese ninguna participación en este asunto. Él, José Manuel Villarejo Gil, también estaba citado este miércoles, pero se ha postpuesto a la semana que viene.
Según las grabaciones que obra en la causa, Juan Muñoz pidió a Villarejo en febrero de 2017 consejo sobre "cómo debilitar" a Urquía. El comisario le ofreció la posibilidad de utilizar un vídeo en el que "el CNI le grabó farlopeando" durante su etapa como juez en Marbella y que podía "localizar".
EL CNI ERA LA COARTADA, SEGÚN LA POLICÍA
Villarejo mantiene esta versión, argumenta que sabía de la existencia de ese vídeo por su colaboración con las investigaciones policiales en el 'caso Malaya' y asegura que su único papel en esta historia fue avisar a Muñoz, al que considera amigo, y ponerle en contacto con las personas del CNI que siempre según su declaración, rodaron el vídeo.
Sin embargo, el informe policial recientemente añadido a la causa recoge un audio en el que el comisario prepara esa historia como coartada en caso de que el individuo que puso la vivienda donde se realizó la grabación fuese descubierto al usar el vídeo para extorsionar a Urquía.
"Lo que es muy importante es que en un momento determinado, la versión que haya es que el CESID (antigua denominación del CNI) hizo esas grabaciones para presionar (al juez). Es creíble decir 'el CESID utiliza sus métodos para tener presionado'", aseguraba el comisario en esa grabación cuya autenticidad ha negado ante el juez y los fiscales.