MADRID, 31 May. (EUROPA PRESS) - Escaños rotos, el despiste de Mariano Rajoy con una enmienda en la que se ha quedado solo, y la división en el Grupo Socialista han protagonizado este miércoles las anécdotas de la segunda tanda de votaciones en el Pleno del Congreso de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2017. Como suele ser habitual, las votaciones de las enmiendas parciales a las cuentas públicas del Gobierno se han prolongado durante casi dos horas dando lugar a un prolijo anecdotario y han provocado que cada circunstancia excepcional se celebrase con algarabía. Una de las anécdotas más sonadas ha venido de la mano del presidente del Gobierno, que se ha equivocado a la hora de pulsar el botón en una de las cientos de enmiendas que se han votado. De hecho, ha sido el único en hacerlo, lo que ha suscitado los aplausos de varios diputados de la oposición. Pero éste no ha sido el único error 'aplaudido'. También los diputados del Grupo Socialista se han dividido a la hora de votar una de las enmiendas de Nueva Canarias. Cuando la presidenta del Congreso, Ana Pastor, ha leído el resultado, los murmullos y las risas en el hemiciclo no se han hecho esperar. Sin embargo, el momento de mayor alborozo en el Pleno ha tenido lugar cuando se han roto hasta dos sillones de diputados, en ambos casos por las patas. Primero ha sido el del diputado del PP Jesús Postigo, y a los pocos minutos le ha tocado el turno al portavoz económico de Ciudadanos, Toni Roldán. La inicial confusión por el fuerte ruido de la rotura del escaño de Roldán, que se ha partido en dos, ha precedido a varias risas, sobre todo cuando uno de sus compañeros, Félix Álvarez, levantaba las patas de la silla como si de un trofeo se tratase. "Señorías, esto no es un circo, con todo el respeto al circo", ha zanjado la presidenta del Congreso, Ana Pastor, que ha interrumpido momentáneamente las votaciones hasta que los ujieres procedieran a cambiar el sillón roto.