MADRID 22 Jun. (EUROPA PRESS) -
La diputada del PSOE en el Congreso Zaida Cantera ha admitido este jueves que su partido podría haber debatido su cambio de posición sobre el Acuerdo Comercial con Canadá (CETA) antes de apoyarlo el pasado martes en la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara Baja, si bien ha explicado que el asunto les cogió "un poco pillados" de tiempo porque esa votación tuvo lugar tan sólo dos días después de la elección de la nueva Ejecutiva Federal del partido.
"Podíamos haberlo debatido un poquito antes", ha admitido en los pasillos del Congreso, donde ha incidido en que dentro del grupo ya había "una corriente" contraria a este acuerdo. "El debate interno ya existía, no hemos cambiado porque nadie lo haya puesto como requisito", ha subrayado, negando que este cambio de voto responda a una petición de Podemos.
Apenas unas horas después de que el PSOE apoyara el CETA en la Comisión de Asuntos Exteriores, la presidenta del partido, Cristina Narbona, anunció en Twitter que el partido iba a rectificar su posición y no iba a apoyar el acuerdo con Canadá. La decisión definitiva la tomará el lunes la Ejecutiva Federal y en principio se inclinarán por la abstención.
En este contexto, Cantera ha defendido que los cambios de postura "nunca" son "malos" si responden a decisiones "razonadas, meditadas y que se puedan explicar a los ciudadanos".
NO ESPERA INDISCIPLINAS
Preguntada sobre si el partido debería dar libertad de voto cuando el CETA se vote en el Pleno del próximo jueves, Cantera se ha limitado a recordar que es partidaria de que los parlamentarios voten en conciencia, como hizo ella misma votando en contra de la investidura de Mariano Rajoy.
En cualquier caso, no espera que con el CETA haya división de voto entre los socialistas, pero sí hay alguien que no se sienta cómodo y lo manifiesta con su voto, se aplicarán las normas internas que prevén sanciones. "Pero eso no es algo dramático", ha apostillado.
De hecho Antonio Pradas, uno de los anteriores dirigentes del PSOE cercanos a Susana Díaz, ha comentado este jueves que el CETA es una "cuestión controvertida", que tenía recelos de los sindicatos, y que acatará lo que decida la Ejecutiva Federal: "Lógicamente, como no puede ser de otra forma, siempre, el Grupo Socialista debe ser una correa de comunicación y de ejecución de lo que establezca la Ejecutiva", ha dicho.