Gimeno ve "necesario" plantear "una nueva promoción normativa" que "avance" respecto a la ley vigente
PAMPLONA, 15 Jun. (EUROPA PRESS) -
El consejero en funciones de Educación del Gobierno de Navarra, Carlos Gimeno, ha presentado este jueves "el mayor estudio realizado hasta ahora en Navarra" sobre acoso escolar presencial y tecnológico (bullying y ciberbullying), que refleja que el 48,4% del alumnado navarro ha sufrido una o más conductas de bullying presencial o cara a cara, ya sea físico, verbal, social o psicológico.
El estudio epidemiológico de la prevalencia de estudiantes víctimas, agresores y observadores ha sido realizado por la catedrática de Evaluación y Diagnóstico Psicológico de la Universidad del País Vasco Maite Garaigordobil con una muestra "representativa" de la población estudiantil navarra matriculada en esos ciclos educativos en el curso 2022-2023, tanto en centros públicos como concertados de la Comunidad foral.
Concretamente, según ha explicado el consejero, el análisis cuenta con una muestra "voluntaria y anónima" de 15.544 estudiantes de Primaria, ESO, Bachillerato y Formación Profesional Básica y de Grado Medio. Así lo ha explicado en una rueda de prensa en la que ha comparecido junto con la directora del Servicio de Inclusión, Igualdad y Convivencia del departamento, Mari José Cortés, y la jefa de la Sección de Igualdad y Convivencia, Itziar Irazabal.
El estudio recoge que, en el último año, un 35,2% del alumnado refiere hacer sufrido una o más conductas de cyberbullying en el último año. El 63,7% de los estudiantes participantes declara haber observado una o más conductas de bullying presencial o cara a cara, ya sea físico, verbal, social o psicológico y un 29,8% de esos estudiantes observadores dice haber apoyado a la víctima ante tales hechos.
Al mismo tiempo, un 31,6% de los estudiantes encuestados reconoce haber realizado en el último año una o más conductas de bullying presencial y un 12% afirma haber realizado una o más conductas de cyberbullying en el mismo periodo.
El 23,4% de los estudiantes participantes en el estudio ha necesitado asistencia psicológica motivada por cuadros de ansiedad, depresión, alteraciones alimenticias, problemas familiares, de rendimiento académico, de uso y abuso de tecnologías, alcohol o drogas y acoso escolar.
Las conductas más prevalentes de ciberbullying han sido la recepción de mensajes ofensivos e insultantes a través del móvil o internet, llamadas anónimas para asustar y provocar miedo, ser objeto de difamación o rumores a través de la red para desprestigiarles, chantajes o amenazas por medio del móvil o internet, suplantación de identidad, acoso sexual, difusión de fotos o videos comprometidos, aislamiento de sus contactos en redes sociales, trucar sus fotos o videos y difundirlos para humillarles o reírse de ellas, entre otras.
Cuando han sufrido estas conductas, la mayor parte de víctimas y cibervíctimas no se lo han dicho a nadie (18,5%). Algunos se lo han contado a los progenitores (16,9%), o bien a los amigos (11,6%). Un porcentaje menor lo ha compartido con el profesorado (5,6%) y los hermanos (5,3%).
En relación a los efectos de la victimización-cibervictimización, un porcentaje cercano al 10% dice haber experimentado efectos negativos y/o graves consecuencias psicológicas y psicopatológicas. De ellos, un porcentaje del 5,3% expresa que les ha provocado consecuencias relevantes y que se sienten "peor, más inseguros, tristes, sin ganas de ir al colegio, con problemas para hacer amistades y con más problemas físicos". En el 1,8% de los casos han necesitado ayuda psicológica por cuadros de depresión y ansiedad, preferentemente.
En el extremo, algunas víctimas han sufrido efectos "muy graves" ya que 216 estudiantes reconocen haber tenido ideación suicida (1,14%) y 121 de los estudiantes participantes han realizado tentativas de suicidio (0,8%).
Mientras las víctimas dicen haber sentido "preocupación, nerviosismo, deseos de venganza o miedo-temor, además de vergüenza, impotencia, indefensión y rencor", entre los agresores destaca un porcentaje del 7% que reconoce haberse sentido culpable posteriormente, mientras que un 3,6% "no sienten nada" frente a la situación de la víctima e incluso un 3,6% habla de "odio o rencor" hacia ellas, "alegría por haberles acosado" (2,4%) "placer por vengarse" (2,2%) y sentimientos de bienestar "porque les gusta ver sufrir a la víctima" (0,7%).
En relación a las razones que dan los agresores-ciberagresores para acosar, el mayor porcentaje dice que las víctimas "se lo merecen". Es decir, realizan "una atribución externa de su conducta agresiva, atribuyendo a la víctima la responsabilidad de sus propias conductas" (4,2%). Entre las razonas de mayor prevalencia en las agresiones destaca el racismo (2,5%), pensar distinto al agresor (2%), evitar ser víctima (1,7%), la homofobia (1,6%), además de la atribución de cualidades de "debilidad" o "torpeza" hacia la víctima.
Otros resultados del estudio son el aumento del porcentaje de víctimas de bullying cara a cara desde 5 de Primaria hasta 2 de ESO, con una disminución posterior a medida que aumenta el curso escolar, así como el hecho de que el mayor porcentaje de víctimas y cibervíctimas son chicas, mientras el que el mayor porcentaje de agresores y ciberagresores son chicos.
"NECESIDAD DE PREVENCIÓN E INTERVENCIÓN"
Según el consejero, estos datos "así como los obtenidos en otros estudios tanto a nivel nacional como internacional", evidencian "la necesidad de prevención e intervención". Así, ha apostado por poner en marcha en los centros educativos "medidas sistemáticas para identificar, evaluar estas conductas y seguir implantando competencias socioemocionales y actividades anti-bullying de forma sistemática, planificada y organizada".
Ha precisado Gimeno que es necesario plantear "una nueva promoción normativa que avance sobre la ley que rige hasta el momento actual", pues a pesar de ser una norma "garantista", es necesario generar "herramientas nuevas, más ajustadas a las actuaciones y exigencias derivadas de la situación actual, algunas de las cuales ya están puestas en práctica, independientemente de esta cuestión".
CARPETAS DE BIENESTAR EMOCIONAL
El consejero ha destacado también la necesidad, tras la pandemia por Covid-19, "de dar un cambio de mirada al programa Laguntza, en el que ya se trabaja activamente para asegurar el bienestar emocional en la comunidad educativa, en línea con la LOMLOE, que incorpora la figura del docente con competencia en bienestar emocional".
En ese sentido, el departamento ha presentado las Carpetas de Bienestar Emocional, materiales dirigidos a las etapas de Infantil, Primaria y Secundaria, una "novedosa herramienta informativa y de formación elaborada por dos de las máximas expertas en esta materia" de España, Carme Boqué y Eva Bach, y que ya están a disposición de la comunidad educativa de la Comunidad foral.
Todas las actuaciones del programa Laguntza, incluyendo la formación al profesorado y la atención emocional al alumnado centrada en el "buen trato en la comunidad educativa", han sido pilotadas en 33 centros de Infantil y 19 de Secundaria de Navarra. Estos materiales "convierten a Navarra en una comunidad pionera en esta materia y están siendo demandados por numerosas comunidades autónomas que quieren también incorporarlos a sus sistemas educativos".
Finalmente, Mari José Cortés e Itziar Irazabal han pormenorizado otros detalles del estudio y han hablado de las conclusiones de las jornadas sobre alternativas a la pornografía desde la escuela y las familias, subrayando que "la escuela debe ser un lugar de diálogo sobre estas materias, asegurando así una buena educación afectivo-sexual, con respecto a las diferentes culturas y siendo garantía de acompañamiento y comunicación con el alumnado trabajando con él la conciencia crítica de manera preventiva".