PAMPLONA 23 Jun. (EUROPA PRESS) -
Doce estudiantes de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) realizan prácticas formativas este verano en municipios de menos de 5.000 habitantes de la Comunidad foral. Lo hacen gracias a la primera edición de Campus Rural, una iniciativa impulsada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, con el apoyo del Ministerio de Universidades y de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE).
El objetivo es reconectar a los jóvenes con el territorio y favorecer el papel de la universidad en la reactivación de las zonas rurales. El programa facilita a los estudiantes universitarios formación y experiencia en administraciones, organizaciones, empresas e instituciones de estos entornos.
En concreto, Campus Rural permite a los estudiantes de Grado o Máster oficial de cualquier disciplina completar su formación con el desarrollo de prácticas académicas, curriculares y extracurriculares en municipios de menos de 5.000 habitantes o núcleos rurales por debajo de ese umbral, con el objetivo de acercar talento a los pueblos en situación de vulnerabilidad territorial.
El delegado del Gobierno en Navarra, José Luis Arasti, ha visitado este jueves una de las empresas que cuenta con una estudiante en prácticas de Campus Rural. Se trata de Largoiko S.L., con sede en Villatuerta, que se dedica al desarrollo y fabricación de maquinaria especial con la incorporación de las últimas tecnologías, como visión artificial o robótica.
Arasti ha estado acompañado en la visita por el responsable del Departamento de Ingeniería, Alejandro Ortigosa, por la vicerrectora de Estudiantes, Empleo y Emprendimiento de la UPNA, Cristina Bayona, y por la alcaldesa de Villatuerta, María José Calvo.
Se han interesado por la experiencia de Anne Portillo, que realiza sus prácticas en Largoiko y es una las doce estudiantes de la UPNA que participan en la primera edición de Campus Rural. De ellos, seis tienen perfil de ciencias y otros seis, de humanidades y ciencias sociales, y todos han sido seleccionados de acuerdo con los criterios establecidos en el programa.
UNA EXPERIENCIA LABORAL Y VITAL
Las prácticas, en el caso de Navarra, durarán tres meses, se desarrollan entre el 1 de junio y el 31 de agosto y cuentan con una ayuda económica de 1.000 euros brutos mensuales por alumno, junto a la obligada cobertura de gastos derivados de la Seguridad Social. Los estudiantes deben residir en el municipio donde realizan las prácticas o en un municipio de similares características a no más de 20 kilómetros de distancia, lo que les permite conocer mejor su lugar de destino.
Se han adherido al programa un total de 36 universidades españolas, entre ellas, la UPNA, que implementan por primera vez este modelo de inmersión rural, contribuyendo a dinamizar el tejido productivo social e institucional de estos entornos, visibilizar las oportunidades socioeconómicas, fijar nueva población y favorecer la cohesión territorial.
Asimismo, permitirá fomentar la conexión emocional del alumnado con el territorio y el conocimiento del medio rural, rompiendo prejuicios y estereotipos y promoviendo la consideración del medio rural como lugar de oportunidades cualificadas de futuro. El beneficio es mutuo: las alumnas y alumnos podrán conocer y entender mejor su país, y los territorios despoblados recibirán una aportación de talento.