PAMPLONA, 27 Nov. (EUROPA PRESS) - La acusación del Ayuntamiento de Pamplona en la violación ve los hechos "palmarios" y dice que "no hubo consentimiento" El abogado de la víctima de la supuesta de violación: "Se impusieron por superioridad para provocar miedo" El Ministerio fiscal ha afirmado este lunes en la presentación de su informe de conclusiones por la supuesta violación grupal de los Sanfermines que los hechos "se produjeron sin consentimiento y bajo violencia e intimidación", y ha considerado que "las pruebas son absolutamente contundentes". La fiscal Elena Sarasate, que ha dedicado dos horas a la presentación de su informe en la sala, ha asegurado que los cinco acusados "actuaron de forma conjunta y organizada", mientras la joven denunciante "no sospechaba ni rematadamente lo que estaba pasando". "Cuando los acusados terminaron y consiguieron lo que querían, la dejaron tirada y semidesnuda", ha afirmado. Además, la fiscal ha defendido que "la declaración de la víctima cumple todos los requisitos para darle absoluta y totalmente credibilidad y sin embargo la de los acusados tiene contradicciones, no pequeñas, sino determinantes". "Ellos sí sabían a lo que iban y lo tenían claro", ha dicho ante la sala, donde los cinco acusados han estado sentados detrás de sus defensas y en frente de la fiscal, siguiendo la sesión con aspecto serio y tranquilo. Tras ello, Elena Sarasate ha señalado que "ha quedado perfectamente acreditado el delito de agresión sexual, el delito contra la intimidad y el del robo del móvil", por lo que ha ratificado su petición de 22 años y diez meses de prisión para cada uno de los acusados. La fiscal ha hecho un relato pormenorizado de cómo ocurrieron los hechos a su entender desde que la joven se encontró con los cinco acusados y hasta que estos fueron detenidos. "Ha quedado perfectamente acreditado el daño moral y que la víctima ha tenido sufrimiento moral", ha dicho. La fiscal ha abierto este lunes las sesiones del juicio dedicadas a las conclusiones de las partes. Tras este primer informe, es el turno de la acusación particular y posteriormente será el de las acusaciones populares, ejercidas por el Ayuntamiento de Pamplona y la Comunidad foral. El martes presentarán las conclusiones las tres defensas de los cinco acusados. Estas dos últimas sesiones del juicio son las únicas que se desarrollan en audiencia pública, con la asistencia de 46 periodistas y 24 ciudadanos como público. No obstante, está prohibido el acceso de cámaras y fotógrafos y el tribunal ha adoptado medidas extraordinarias para evitar grabaciones. La representante del Ministerio Público ha señalado que "sí hubo violencia, mínima pero la hubo, agarrándole para introducirla en el portal, tapándole la boca". "En ningún momento hemos dicho que sea una violencia extrema, se utilizó la fuerza mínima necesaria", ha expuesto, y ha relatado, además, que "la cogieron de forma sorpresiva, no sabía ni en sus peores pesadillas lo que iba a pasar". "NO TUVO OTRA POSIBILIDAD QUE SOMETERSE" Ha continuado señalando que el sitio donde sucedieron los hechos era "muy pequeño" y los "varones la superaban en capacidad física". "No hay ninguna duda de que la intimidación fue gravísima; no tuvo otra posibilidad que someterse". "Hubo superioridad física de los acusados", ha manifestado, para indicar que en aquel lugar, que ha calificado de "ratonera", "no se le podía exigir a la víctima resistencia". La fiscal, en una contundente exposición, ha señalado que existió "ignorancia deliberada" tanto en el delito de agresión sexual como en el de intimidad, ambos "perfectamente acreditados", ya que los acusados no le preguntaron a la joven. "No se le preguntó y ya está", ha añadido. La fiscal ha hecho un relato pormenorizado de los hechos que considera probados y ha indicado que, en el recorrido desde la Plaza del Castillo hasta el portal de Paulino Caballero, lo que "se ve en las cámaras nada tiene que ver con lo que dicen ellos" y ha manifestado que "no es cierto que iban en grupo compacto", sino que primero iban uno de ellos con la chica, después otros dos y finalmente otros dos. Para entrar al portal, Elena Sarasate ha relatado que uno de los acusados coge de la mano a la joven y la lleva hasta el interior del portal y otro de ellos también le ayuda a entrar, "pero ella no sospechó lo que iba a pasar". Según ha continuado, una vez en el interior, en un "pequeño cubículo, ciego y sin salida", ella "entró en pánico, se bloqueó, no tuvo capacidad de pensar ni de reaccionar". "No hay ninguna duda de que no cabe posibilidad de resistencia de la víctima", ha insistido, para añadir que ante "cinco varones con una joven en el sitio en el que estaban, ella no tenía otra posibilidad razonable que someterse". A su juicio, "es absolutamente coherente desde el principio hasta el final la declaración de la denunciante" y ha afirmado que en ella no hay "ningún tipo de contradicción". "Es un testimonio ajustado a la verdad, no hay exageración; no exagera nada de lo que ocurrió", ha manifestado, para añadir que hay "coincidencia" entre la narración de la joven y los vídeos: "Mantuvo una actitud pasiva, de no resistirse, eso es lo que se ve". Ha señalado Sarasate que la denunciante en "ningún momento tuvo una actitud activa, estaba con los ojos cerrados, no había ningún signo de que hubiera participación, ni una sonrisa, ni un gesto ni una palabra". "Una mujer de rodillas, con cinco hombres rodeándole, siempre en posición de inferioridad", ha dicho. Se ha referido a las conversaciones en los audios de los vídeos que grabaron los procesados, en los que "se oyen dos tipos de conversaciones: las que se dirigen entre ellos, que son de colaboración, y las que se dirigen a la víctima, que son imperativas, sin ningún tipo de interactuación". "Todas las conversaciones eran entre varones, ninguna palabra pertenece a la víctima", ha aseverado, para comentar también que "ellos deciden lo que hacen, lo que tiene que hacer la víctima". "Los vídeos corroboran la declaración de ella", ha afirmado, para añadir que también lo hacen las declaraciones de los peritos forenses, quienes hablaron de la "absoluta pasividad" por parte de ella, lo que "no es una reacción extraña, sino una reacción propia de una persona en esa situación". Según ha continuado, también los peritos del Instituto Navarro de Medicina Letal vieron "normal" que la denunciante no se resistiera y fuera "pasiva y en actitud de sometimiento". Sobre la declaración de la agente de Policía Municipal que dijo que la denunciante le comentó en el momento de la denuncia que sabía que le habían grabado los acusados durante los hechos, la fiscal ha indicado que "no va a afectar a la credibilidad del testimonio de la víctima" y que la agente fue "inconcreta". "La mayoría de veces decía que no recordaba y sorprendentemente ya a preguntas de las defensas dijo que sí" a la pregunta de si la joven le había comentado que sabía que la habían grabado. En este sentido, ha añadido que "no dio una explicación razonable" y "no es creíble". "Vamos a pensar que se habría confundido", ha expuesto. SOBRE LOS ACUSADOS La representante del Ministerio fiscal ha recordado, sobre la declaración de los acusados, que la primera se produjo dos meses después de que ocurrieran los hechos, lo que a su juicio motivó que se la "prepararon" para "coincidir". "Se han tratado de preparar pero no lo han conseguido en modo alguno", ha afirmado, y se ha preguntado, "si son consentidas las relaciones, por qué roban el móvil, lo normal hubiera sido intercambiarse los números; pero se lo quitaron con la intención de dejarla en absoluta indefensión". Ha continuado la fiscal que "no es cierto" además que ellos entregaran enseguida los vídeos grabados y que "esa colaboración vino motivada por las circunstancias en las que estaban". Asimismo, ha añadido que se quedaron en Pamplona tras los hechos porque "pensaban que gozaban de una impunidad que no tuvieron".