Fundación Caja Navarra adapta sus estatutos tras perder su condición de fundación bancaria

Después de desvincularse del Consejo de Administración de CaixaBank, la Fundación Caja Navarra deja de regirse por la normativa estatal

PAMPLONA, 12 Abr. (EUROPA PRESS) -

La Fundación Caja Navarra, con fecha de 11 de abril, ha renovado sus estatutos conforme a las modificaciones legislativas que se han llevado a cabo en Navarra en los últimos meses, adaptando su norma básica a su naturaleza jurídica tras perder su condición de fundación bancaria y establecerse como fundación ordinaria.

Según han informado desde la fundación en nota de prensa, el principal cambio al que se ajusta esta modificación estatutaria es que la Fundación pasa a regirse por la normativa foral y deja de ser una fundación de competencia estatal y supervisada por el Banco de España.

Como consecuencia de la aplicación del nuevo marco jurídico, la aprobación de los estatutos corresponde al Patronato que tomó posesión en julio de 2017. Por exigencia legal, este es el último acto que realiza el órgano de gobierno y antes de cesar en el ejercicio de sus funciones, aunque sus miembros seguirán ostentando el cargo de miembros del Patronato hasta que sean relevados.

El Patronato saliente está compuesto por Javier Miranda, como presidente, y por Iosu Ardaiz, Cristina Bayona, Fernando de la Hucha, Cristina Del Río, Alberto Lafuente, Jesús Muruzabal, Camino Oslé y José Vicente Urabayen, como vocales.

En consonancia con los cambios normativos producidos, Fundación Caja Navarra queda incluida dentro del ámbito subjetivo de aplicación de la Ley Foral 5/2018, de 17 de mayo, de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno.

Asimismo, los nuevos estatutos recogen el compromiso de que la persona que ejerza la presidencia de la Fundación comparezca anualmente en el Parlamento de Navarra para rendir cuentas de su actividad.

Con respecto a la composición del Patronato de la Fundación, los nuevos estatutos mantienen la cifra de nueve personas (no pudiendo ser reelegidas en el mandato inmediatamente posterior) y disponen que cinco de las personas que lo formen sean elegidas por el Parlamento de Navarra, tres por el Gobierno de Navarra y una por el Ayuntamiento de Pamplona, instituciones estas últimas que continúan ostentando la condición de entidades fundadoras.

Asimismo, la duración de este cargo será de seis años (hasta ahora era de cuatro). De manera excepcional, en esta primera renovación tras la aprobación de los nuevos estatutos, cuatro de las personas del Patronato, en concreto las propuestas por las entidades fundadoras, tendrán un mandato de tres años de duración.

Con esta medida, se busca relevo parcial del Patronato cada tres años, evitando así la sustitución de todos los miembros del órgano "en bloque" con el objetivo de "conservar el conocimiento y la continuidad de la entidad".

Desde este lunes, se abre el plazo de un mes para que las instituciones encargadas de elegir a las personas que conformen este órgano hagan efectiva esa función.

Durante el mes siguiente a esta elección, las personas designadas procederán a aceptar sus cargos y quedará compuesto el nuevo Patronato, cesando el anterior.

El nuevo texto estatutario también recoge una redacción de la Misión de la Fundación" más acotada y ajustada a la realidad actual" de la entidad.

Así, con esta actualización, la finalidad de la Fundación Caja Navarra es "contribuir al progreso social, económico y cultural de Navarra a través del fomento de proyectos, propios o en colaboración, encaminados a responder a los retos sociales que contribuyan a mejorar la calidad de vida de las personas, apoyando especialmente a los colectivos más vulnerables".

Como cuestión reseñable, estos estatutos "abordan la igualdad de género desde dos puntos de vista": una redacción con lenguaje inclusivo del propio texto estatutario y el mandato de que la composición del Patronato y los cargos que éste designe sea "lo más paritaria posible".

El Protectorado de la Fundación corresponde a la Administración de la Comunidad Foral de Navarra, que lo seguirá ejerciendo a través del departamento competente en materia de economía y hacienda.

Una de sus principales funciones será, como también lo ha sido a lo largo de los años anteriores, "velar por la legalidad y el buen funcionamiento de la fundación", así como por la "integridad, suficiencia y rentabilidad" del patrimonio de la fundación y "verificar si los recursos económicos de la fundación han sido aplicados al cumplimiento de los fines fundacionales".