El verano de 2016, el de más área forestal quemada desde hace 20 años

El último periodo estival ha sido especialmente seco, incrementando con ello el riesgo de incendios de vegetación

PAMPLONA, 31 Oct. (EUROPA PRESS) -

Un total de 4.610 hectáreas han sido afectadas este verano por incendios en Navarra, una superficie que no se alcanzaba en las últimas décadas. De hecho, es necesario remontarse hasta 1994 para encontrar un verano en el que la superficie arbolada afectada sea similar, aunque el total de hectáreas quemadas ese año fue inferior al de este porque no ardió tanta superficie agrícola.

No obstante, 3.538 de estas 4.610 hectáreas, es decir, tres de cada cuatro, corresponden a un único incendio, el declarado el 25 de agosto y que afectó a los términos de Artajona, Añorbe, Barásoain, Garínoain, Pueyo y Tafalla, ha informado el Ejecutivo foral a través de un comunicado.

El Gobierno navarro ha remarcado que este verano ha sido especialmente seco, con prolongados periodos sin precipitaciones reseñables. Estas condiciones han propiciado un agostamiento de la vegetación en todo el territorio foral y, con ello, un aumento del riesgo de incendios forestales.

Según datos del Servicio de Medio Natural, este verano han ardido en Navarra 1.682 hectáreas de terreno forestal, de las que 959 eran de matorral, 554 de arbolado y 169 de plantas herbáceas. El resto se corresponden a terrenos no forestales, agrícolas en su mayoría.

Por su parte, los bomberos del Gobierno de Navarra han realizado 516 intervenciones durante este verano por incendios de vegetación. Una cifra que no se alcanzaba desde el año 2012, cuando se registraron 621.

Asimismo, debido a distintas afecciones fitosanitarias en cultivos de cereal, se autorizó de forma excepcional la quema de rastrojos a partir del 15 de septiembre y de acuerdo a un calendario preestablecido para diferentes zonas de Navarra. Las quemas se ejecutaron con normalidad, sin destacar episodios en los que el fuego rebasara los límites de las parcelas.

INTERVENCIONES DESTACADAS

La campaña estival de prevención y extinción de incendios forestales del Gobierno de Navarra comenzó el 15 de junio y concluyó el 30 de septiembre. Al principio, los incendios registrados se debieron a labores de recolección del cereal. De hecho, se registraron tres incendios producidos por cosechadoras y empacadoras.

El mayor incendio se declaró el 25 de agosto al norte de Tafalla. En él ardieron 3.538 hectáreas, de las que el 41% era terreno forestal, un mosaico típico mediterráneo conformado principalmente por terrenos agrícolas de secano, encinares y coscojares, formaciones de matorral y repoblaciones de pino.

La velocidad de propagación de las primeras horas del fuego llegó a los 3 kilómetros por hora, "una velocidad inalcanzable para los equipos de extinción que actuaban por tierra", según el Servicio de Bomberos.

Otro de los incendios reseñables de este verano en Navarra fue el registrado en Ororbia el 10 de agosto y que llegó hasta una zona de casas rodeadas por setos, así como a unos viveros y a las instalaciones de una empresa. Se quemaron 273 hectáreas de rastrojo y de pinar.

Finalmente, destaca el incendio de Javier, declarado el 5 de septiembre por la noche sobre una repoblación de pino. Afectó a 10 hectáreas. La rápida actuación del parque de Sangüesa y la buena lectura de las condiciones meteorológicas nocturnas para trabajar sobre el incendio permitieron estabilizar el incendio la mañana siguiente, a pesar de la severidad que presentaba el fuego cuando se declaró.

COORDINACIÓN DE LAS LABORES DE PREVENCIÓN Y EXTINCIÓN

El Gobierno de Navarra desarrolla anualmente dos campañas de prevención y extinción de incendios forestales, una en verano y otra en invierno. En ellas participan de forma coordinada efectivos del Departamento de Presidencia, Función Pública, Interior y Justicia, y del Departamento de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local.

Este último Departamento regula anualmente el uso del fuego en el medio rural para evitar incendios forestales durante el verano. Además, dispone de personal técnico del Servicio de Medio Natural y del Guarderío Forestal que apoyan al Servicio de Bomberos durante las labores de extinción con su conocimiento del terreno y de su valor medioambiental.

También pueden aportar, si así les solicita el mando que dirige la extinción del incendio, maquinaria pesada tipo Bulldozer para atacar el fuego, realizar cortafuegos o abrir vías de acceso a los vehículos de bomberos.

Por otra parte, se dispone de herramientas informáticas que permiten anticipar y considerar el potencial de un incendio y visualizar a través de modelos la evolución del fuego en un horizonte temporal y de acuerdo con las predicciones meteorológicas.

Finalmente, su personal ha planteado las actuaciones a seguir para la pronta recuperación de la zona quemada por el incendio al norte de Tafalla. Sin embargo, en la mayoría de las especies afectadas se recomienda esperar a la próxima primavera para conocer realmente el nivel de afección teniendo en cuenta la capacidad de regeneración. Para la recuperación de la fauna, se han establecido limitaciones temporales de caza.

INTERVENCIONES Y SALIDAS

De las 516 intervenciones realizadas este verano por los bomberos, casi el 20% corresponden a la zona de influencia del parque de Cordovilla (99 actuaciones con 404 hectáreas quemadas). Le siguen el parque de Tafalla con 81 intervenciones y 3.640 hectáreas; el de Tudela con 78 y 106 has; el de Estella, con 60 y 106 has; y el de Lodosa, con 55 y 80 has.

A mayor distancia se encuentran los parques de Peralta, 36 intervenciones y 14 hectáreas; Sangüesa, 34 y 231 has; Pamplona-Trinitarios, 26 y 12 has; Oronoz, 21 y 1 has; Navascués, 14 y 32 has; Alsasua, 9 y 3 has; y Burguete, 3 y 7 has.

El mes en el que se han contabilizado un mayor número de intervenciones ha sido agosto, con casi el 40% del total, seguido de septiembre, con el 30%.