PAMPLONA, 15 Oct. (EUROPA PRESS) -
La ingeniera Ainara López Maestresalas (Pamplona, 1984) ha estudiado herramientas que permitan a la industria agroalimentaria alcanzar un mayor control de calidad de manera no destructiva, eficaz y sostenible para uno de los cultivos de más producción y consumo mundial: la patata.
En concreto, tal como recoge su tesis doctoral leída en la Universidad Pública de Navarra (UPNA), ha identificado, mediante radiación infrarroja, las variedades más cardiosaludables y ha detectado, de forma precoz, los ejemplares con daños, "pues, si estos llegan a los hogares de los consumidores, absorben más aceite durante la fritura".
Para evaluar la calidad de la patata, su investigación se ha centrado en la utilización de una técnica (la espectroscopia en el infrarrojo cercano o NIR, por sus siglas en inglés), que consiste en estudiar la absorción o emisión de energía por la materia en el rango del infrarrojo cercano, la zona del espectro electromagnético situada al final de la zona visible. La composición química y la estructura interna de la patata afectan directamente a la absorción y dispersión de la luz emitida sobre la muestra que se va a analizar, por lo que el estudio de cómo se refleja dicha luz proporciona información sobre estos aspectos, ha explicado la UPNA en un comunicado.
Combinando la citada tecnología y otras técnicas estadísticas, Ainara López llevó a cabo una clasificación y determinación de compuestos químicos en la patata. "Por un lado, desarrollé un análisis cualitativo para clasificar variedades de patata y, por otro, un análisis cuantitativo para determinar la concentración de diferentes compuestos químicos. Las patatas, especialmente las variedades de pulpa morada, son una excelente fuente de vitaminas, como la vitamina C, y de polifenoles y carotenoides", explica la investigadora, cuya tesis han dirigido las profesoras del Departamento de Proyectos e Ingeniería Rural Silvia Arazuri Garín y Carmen Jarén Ceballos.
En el estudio, se emplearon 471 tubérculos pertenecientes a dieciocho variedades de carne roja y morada. "Los resultados obtenidos permitieron identificar aquellas variedades con alto contenido en compuestos fenólicos, beneficiosos para la salud por su contribución a la reducción de enfermedades cardiovasculares", detalla López. "Estos resultados muestran la viabilidad de la incorporación de estas metodologías en programas de mejora genética para seleccionar líneas con alta concentración de los compuestos químicos deseados", añade.
Como novedad, en la tesis también se emplearon imágenes hiperespectrales, que aportan mayor precisión en los análisis, al permitir visualizar las variaciones en la composición química o en la estructura interna de los tubérculos, provocadas por daños. De hecho, Ainara López evaluó el potencial de dos sistemas que utilizan estas imágenes hiperespectrales para la detección del ennegrecimiento interno, un tipo de daño no apreciable a simple vista. "Este tipo de daño provoca importantes pérdidas económicas, un oscurecimiento de la zona y hace que las patatas absorban más aceite durante la fritura. Por lo tanto, tiene un gran interés contar con técnicas no destructivas capaces de identificar estos daños antes de que los tubérculos lleguen al consumidor final", apunta.
Para llevar a cabo esta parte del estudio, se emplearon 188 muestras (a priori, libres de daños), que se dividieron en dos grupos: sanas y dañadas. A estas últimas se les indujeron daños. Las patatas se analizaron con los dos sistemas de imágenes hiperespectrales una vez transcurridos determinados periodos temporales, que podían oscilar entre una y veinticuatro horas.
"Los resultados permitieron identificar la presencia de daño interno en tubérculos en las primeras fases de su desarrollo con una precisión superior al 95%. Esto posibilita localizar tubérculos afectados de forma precoz y, por tanto, evitar que lleguen al consumidor", explica Ainara López. De esta forma, la información obtenida en esta tesis permite sentar las bases para desarrollar sensores de control de calidad, en productos agroalimentarios, que sean rápidos, no destructivos y sostenibles.
Ainara López Maestresalas se tituló en Ingeniería Técnica Agrícola, en la especialidad de Explotaciones Agropecuarias, en la UPNA y, posteriormente, se trasladó a Escocia para cursar un Máster en el programa Sostenibilidad Medioambiental en la Edinburgh Napier University y estudios de posgrado sobre energías renovables en la Open University of Scotland.
Durante el desarrollo de su tesis doctoral, que fue calificada con sobresaliente 'cum laude' con mención internacional, realizó dos estancias de investigación: la primera, en la Universidad de Copenhague (Dinamarca); y la segunda, en la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica).
Además, como investigadora ha participado en dos proyectos financiados por el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) y el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario. Es autora de cuatro artículos en revistas de impacto internacional, así como de varios artículos de divulgación y de un capítulo del libro 'Advances in Potato Chemistry and Technology' ('Avances en química y tecnología de las patatas'), editado por la multinacional holandesa Elsevier.