MADRID 2 Feb. (EUROPA PRESS) -
La juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela ha concluído el sumario contra nueve de los jóvenes de entre 19 y 24 años identificados como presuntos agresores de un sargento y un guardia civil en un bar de la localidad navarra de Alsasua, a los que atribuye un delito de terrorismo en concurso ideal de lesiones, atentado y odio.
La magistrada ha elevado las actuaciones a la Sala que será la encargado de dictar, si procede, la apertura del juicio en su contra. Las defensas recurrieron la decisión de la juez de procesarle unos días después de los arrestos.
En aquel auto la juez argumenta que no cabía demorar la decisión de procesarles ya que hay "motivos bastantes para afirmar con fundamento" que cometieron el delito.
Lamela enmarca la agresión en las rutinas de "hostigamiento" a los agentes del Instituto Armado que impone el colectivo Ospa Mugimendua, al que pertenecen algunos de los detenidos, y que opera en el municipio navarro. "Todos conocían con anterioridad la condición de Guardia Civiles del teniente y el sargento, siendo esta única y exclusivamente la causa por la que fueron insultados y golpeados", dice.
Considera que "actualmente cuentan con el apoyo de Bildu, Sortu y Ernai". De hecho, concreta que en la localidad de Alsasua a este movimiento se le conoce como Ospa Mugimendua y tuvo su origen en marzo de 2011, cuando se creó la denominada "Comisión Antirrepresiva de Alsasua" que ha venido desarrollando diferentes actividades. Cuatro de los arrestados se encuentran entre sus principales promotores.
RUTINAS DE HOSTIGAMIENTO
El colectivo busca, según la juez, "influir en la vida de los miembros de la Guardia Civil para que se sientan objetivo de grupúsculos violentos y tengan dificultades para realizar sus actividades diarias, tales como realizar sus compras, disfrutar del tiempo libre con sus parejas o apuntar a sus hijos a actividades, instando a otros ciudadanos a evitar ningún vínculo afectivo con ellos". Quien incumple estos preceptos "es tildado de afín al Instituto Armado y puede también convertirse en objetivo".
Según el relato realizado por la titular del Juzgado Central de Instrucción número 3, el teniente y el sargento de la Guardia Civil se encontraban, de paisano y fuera de servicio, realizando unas consumiciones en el bar Koxka de Alsasua cuando, alrededor de las tres y cuarto de la madrugada entró en el bar uno de los detenidos acompañado de una menor y se dirigió al segundo para decirle que no tenía derecho a estar allí.
En este momento intervino el teniente, diciéndole que les dejara en paz, pese a lo cual insistió en su actitud. Entre tanto se fueron acercando entre veinte y veinticinco personas que les rodearon y comenzaron a amenazarles e insultarles con expresiones como "esto os pasa por venir aquí", "tenéis lo que os merecéis", "iros de aquí", "hijos de puta", "cabrones fuera de aquí", "perros", "putos pikoletos", "txakurras", "alde hemendik (fuera de aquí)" "utzi pakean" (dejadnos en paz), para a continuación "comenzar a golpearles".
Los agentes y sus parejas intentaron entonces abandonar el bar y ya en la calle se encontraron con otro grupo de entre quince y veinte personas que junto con los anteriores continuaron insultándoles y golpeándoles hasta que llegaron los agentes de la policía foral, según la juez. La agresión les provocó múltiples contusiones y uno de los dos agentes resultó herido en el labio superior y se fracturó un tobillo.