PAMPLONA, 2 Jul. (EUROPA PRESS) -
Este sábado concluye la segunda edición de la 'Resto-Copa', la competición que premia a los municipios navarros donde menos residuos de la fracción resto se generan por habitante. Más de 180 localidades han tomado parte en esta iniciativa promovida por el Gobierno foral y el Consorcio de Residuos de Navarra.
El objetivo de la campaña es reducir la cantidad de residuos que se desechan en la fracción resto, "que son los que acaban, en buena medida, enterrados en vertedero produciendo así las afecciones más graves al medioambiente". Solo en Navarra se recogieron 150.000 toneladas de esta fracción de residuos durante 2021.
"A través de la reducción de la fracción resto se consigue un aumento del reciclaje en las demás fracciones, de forma que se incentiva la recuperación de materiales valorizables para ser utilizados de nuevo, como plásticos, papel, envases de vidrio o materia orgánica", ha destacado el Ejecutivo navarro en un comunicado.
La competición, que se ha llevado a cabo del 2 de mayo hasta el 2 de julio, reconocerá en cada mancomunidad a las entidades locales que consigan la menor media de residuos de resto por habitante. Estas localidades recibirán premios en forma de mobiliario urbano elaborado con residuos reciclados o material para promover eventos sostenibles, de forma que se completa el proceso de economía circular.
Las localidades participantes están repartidas en 14 entidades responsables de gestión de residuos en sus respectivas zonas: las mancomunidades de Alto Araxes, Bidausi, Bortziriak, Esca Salazar, Irati, Mairaga, Malerreka, Mendialdea, Montejurra, Ribera, Ribera Alta, Comarca de Sangüesa y Valdizarbe, y el Ayuntamiento de Baztan. Asimismo, ampliando el rango de acción, se suman a la campaña los centros escolares Toki Ona de Bera, Almandozko Eskola y Elizondoko Eskola.
¿QUÉ DEBE DESECHARSE EN LOS CONTENEDORES DE RESTO?
En el año 2021 se generaron en Navarra 150.000 toneladas de fracción resto, es decir, más de 225 kilos de basura "de difícil recuperación por habitante". "Se trata de residuos mezclados que en buena medida no se pueden aprovechar y acaban enterrados en vertedero, produciendo líquidos lixiviados y gas metano, el más importante en la generación del efecto invernadero", ha indicado el Gobierno foral.
Por tanto, en los contenedores de la fracción resto, que dependiendo de cada mancomunidad suelen ser verdes o grises, solo se deben depositar aquellos residuos que son "de difícil o imposible aprovechamiento": residuos de celulosa (compresas, pañales, desmaquillante, etc.), productos de aseo (toallitas, bastoncillos, cuchillas o cepillos de dientes), residuos de curas domésticas (gasas, vendas, esparadrapo y otros), material de protección frente al COVID (mascarillas, antígenos o guantes), restos de barrido, excrementos de animales, platos, copas, vasos de cristal o cerámica, o colillas de tabaco.
Cabe recordar que, con el objetivo de minimizar los residuos que no se reciclan, la Ley Foral de Residuos penaliza actualmente los desechos que acaban en vertedero con un gravamen de 20 euros por tonelada, y que la recién aprobada Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular aumenta a 40 euros la tonelada.