PAMPLONA 1 Jul. (EUROPA PRESS) -
El consejero de Cohesión Territorial del Gobierno foral, Óscar Chivite, ha visitado este lunes en Cárcar las obras de ampliación de la primera fase del Canal de Navarra, que se encuentran ya en su parte final. En concreto, ha conocido el avance de la ejecución de los trabajos con la llegada de la tubería principal que conectará el ramal del Ega y regará 5.428 hectáreas. Está previsto que la ejecución de los trabajos para soterrar la conducción se prolongue hasta el primer trimestre de 2025.
En su visita, el consejero ha estado acompañado por la alcaldesa de Cárcar, María Teresa Insausti; el alcalde de Andosilla, Manuel Terés; el responsable de Riegos de Navarra, Joaquín Puig; el presidente de Aguas de Navarra, Manuel Pérez, el presidente de la Comunidad de Regantes de Andosilla, Pablo Alonso; y el presidente de la Comunidad de Reganes de Cárcar, Andrés Díaz de Rada.
Chivite ha subrayado que "observar aquí el tubo, sobre el terreno, es ver el final de una obra que se ha prolongado durante demasiado tiempo". "Es una deuda con las y los agricultores y, por fin, va a ser una realidad", ha asegurado.
Según el consejero, "que las máquinas excavadoras estén trabajando para soterrar la tubería con la que distribuir agua de calidad es la mejor noticia porque da muestra de que el proyecto del Canal de Navarra avanza y lo hace con hechos". "El desarrollo de la ampliación no ha sido fácil, pero el buen entendimiento en los últimos meses entre las entidades implicadas está dando resultados", ha afirmado.
Esta tubería, que incluye el tramo final del Ramal del Ega, permitirá conectar toda la red de riego de los diferentes sectores. Pondrá en regadío Ega 5, 6, 7, 8 y 9 en los términos municipales de Cárcar, Andosilla, San Adrián y Azagra.
Según ha destacado el Gobierno foral, la ampliación de la 1ª fase del Canal de Navarra en Tierra Estella representa "un avance muy importante para el sector agrícola". Los regadíos de Andosilla, San Adrián y Azagra, que hasta ahora solo tenían concesión de agua en invierno, pasarán a disponer de ella todo el año. Además, supone un ahorro en el coste energético que tendrán las comunidades de regantes, puesto que se reduce considerablemente su altura de bombeo.