Destaca el número de casos en las zonas de Estella, Alsasua y Pamplona y comarca
PAMPLONA, 19 Ago. (EUROPA PRESS) -
La Policía Foral ha alertado de un incremento de hurtos por el método del abrazo detectados en los últimos meses, en especial en las zonas policiales de Estella (4), Alsasua (4) y Pamplona y comarca (4).
En concreto se han denunciado una docena de casos cometidos mayoritariamente por mujeres en la vía pública, y en los que las víctimas son siempre personas mayores no acompañadas.
Las investigaciones apuntan a que los autores pueden pertenecer a un grupo criminal asentado en la zona de Estella y a bandas organizadas que actúan de manera itinerante por todo el país y comunidades limítrofes, ya que en Gipuzkoa por ejemplo también se han incrementado notablemente, ha informado la Policía Foral.
En concreto, la mayoría de los hurtos han sido cometidos en calles comerciales, parques públicos, proximidades de centros religiosos, cercanías de residencias de la tercera edad, sociedades de jubilados y centros sanitarios.
En cuanto al momento en el que se cometen, la inmensa mayoría se registraron los jueves y viernes, entre las 11.30 y las 14 horas.
MODUS OPERANDI
Según ha detallado la Policía, los autores comienzan seleccionando una víctima, en general de edad avanzada, no acompañada y que porta objetos de valor en su cuello (colgantes, collares) o en sus muñecas (relojes, pulseras). A continuación, el autor se acerca a ella con pretextos como preguntar la hora, por una dirección o solicitar firmas.
En algunas ocasiones, también simulan ser vendedores ambulantes, se ofrecen a ayudar a la víctima a cruzar la carretera o incluso realizan proposiciones sexuales. En general, ha continuado, los delincuentes tratan de pasar desapercibidos y procuran que la víctima no se percate de que le están sustrayendo sus pertenencias.
Sin embargo, si la víctima descubre que se trata de un hurto y trata de evitarlo, es posible que los criminales respondan de forma violenta o intimidatoria, llegando a propinar golpes, empujones y ocasionando lesiones al arrancar los objetos de valor y huir.
En los casos detectados, las bandas trabajan de forma coordinada. Normalmente, quienes cometen los hurtos son mujeres jóvenes o de mediana edad, de nacionalidad española o extranjera (sobre todo de países del este de Europa y/o de etnia gitana).
Se trata de personas expertas en la selección de objetivos, capaces de valorar a distancia la calidad de objetos que quieren sustraer (nunca hurtan bisutería u objetos de imitación) y con gran habilidad para manipular los cierres de correas, pulseras y collares. Además, suelen ir acompañadas por un vehículo -habitualmente conducido por varones- que le da cobertura en el momento de la huida.
Se insta por lo tanto a instruir a las personas mayores que se mueven solas y a quienes puedan detectar sospechosos o hayan sido víctimas, que retengan datos (características físicas, indumentaria, matrículas) y los aporten a la Policía Foral para movilización de patrullas y traslado al resto de cuerpos de seguridad.