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Los estafadores sustrajeron 6.000 euros a la víctima, una mujer de 83 años
PAMPLONA, 14 Ene. (EUROPA PRESS) -
La Policía Foral ha recibido la denuncia de una vecina de la Ribera, de 83 años, quien dice haber perdido 6.000 euros con el denominado timo de la estampita el pasado 9 de enero.
Por este motivo, la Policía Foral aconseja a la ciudadanía que no baje la guardia y permanezca alerta ante posibles estafas o timos como los del tocomocho, los trileros o el nazareno. En caso de duda, los agentes recomiendan que se solicite la presencia policial.
Según recoge la denuncia, la víctima fue requerida por una mujer joven que le preguntó por cómo llegar a una supuesta dirección de su localidad. En ese momento, se acercó una pareja de unos 70 años que se ofreció a ayudar con sus indicaciones, si bien resultaron ser cómplices de la estafadora.
Durante la conversación, la joven, que simulaba tener una discapacidad de tipo intelectual, mostró un paquete que, al parecer, contenía numerosos billetes de 50 euros y que afirmaba haber encontrado. Esta persona llegó a romper dos de dichos billetes en presencia de la pareja y de la denunciante.
Aprovechando esta circunstancia, la pareja propuso a la víctima ofrecer a la joven una cantidad importante de dinero a cambio del paquete, en el que supuestamente habría mucho más dinero, para repartírselo posteriormente entre ellos, ha informado el Gobierno foral en un comunicado.
Para ello, la pareja cómplice aportó, aparentemente, una gran cantidad de dinero en metálico. Por su parte, la víctima accedió al acuerdo y sacó más de 6.000 euros de varias entidades bancarias de la localidad. Luego entregó este dinero a cambio del paquete.
Siguiendo el engaño, la pareja indicó a la víctima que abandonara el lugar y que, posteriormente, contactarían con ella para repartir el contenido del paquete. Mientras tanto, ellos acompañarían a la joven a la dirección por la que se había interesado al principio de la conversación.
Cuando la víctima llegó a casa, comprobó que el paquete estaba repleto de papeles y no de billetes, como le habían hecho creer.