La imagen, tallada por Rosendo Nobas i Ballbé en 1883, es propiedad del Consistorio gracias a un legado particular
PAMPLONA, 30 Mar. (EUROPA PRESS) -
El paso de La Dolorosa ('Nuestra Señora de La Soledad'), el más antiguo de la Semana Santa pamplonesa y el único de propiedad municipal, abandonará este viernes a a las 20.45 horas la iglesia de San Lorenzo, en la que reside durante el año, para ser llevada hasta la Catedral. Allí queda expuesto al público.
La imagen recorrerá en su traslado las calles Mayor, San Saturnino, Plaza Consistorial, Mercaderes y Curia, hasta llegar al templo. El paso volverá a salir sin las torretas de velas ya que se estudia un nuevo sistema de anclaje que evite un mayor deterioro de la madera de las andas por el movimiento del paso y que, a su vez, garantice la seguridad durante los traslados, ha informado el Ayuntamiento en una nota.
Este itinerario es el primer peldaño de la Semana Santa de la ciudad. Este miércoles, la figura fue 'vestida' y colocada sobre sus andas, conformando un conjunto que pesa casi una tonelada (980 kilos) y que portan miembros de la Hermandad de Paz y Caridad. Como es habitual la imagen estará acompañada por la banda de música municipal La Pamplonesa, que cerrará la comitiva. Los corporativos que decidan asistir al traslado participarán a título personal.
El paso residirá en la Catedral hasta Viernes Santo (14 de abril) fecha en la que integrará la Procesión del Santo Entierro. Después, esa misma noche, tendrá lugar la llamada la Procesión del Retorno (alrededor de las 22.30 horas) que tiene como objetivo devolver a la imagen, de nuevo en andas, hasta la capilla que tiene asignada en la iglesia de San Lorenzo (itinerario: Curia, Mercaderes, Plaza Consistorial, San Saturnino y Mayor).
La imagen, de 166 cms. de altura, fue realizada el último tercio del siglo XIX (1883) por Rosendo Nobas i Ballbé (Barcelona, 1838-1891) y es una imagen de las llamadas de 'vestir'. Bajo el manto está tallada la parte superior de la figura, tanto las zonas visibles (la cara y las manos) como las que no lo son (tronco y brazos).
El Ayuntamiento pagó en su momento por él 200 pesetas, más otras 48 en concepto de embalaje y por su transporte desde el taller del escultor. Los gastos se sufragaron gracias a la herencia legada al Consistorio por Sofía Villanueva Armendáriz, pamplonesa residente en Tolosa.