MADRID 27 May. (OTR/PRESS) -
Que entre los dos grandes partidos nacionales, PP y PSOE, hayan perdido en las elecciones europeas del domingo cinco millones de votos y diecisiete escaños respecto a las mismas elecciones celebradas hace cinco años, solo puede ser calificado de tsunami, debacle o batacazo. Ni el PP, aunque haya sido el partido más votado, puede estar contento, porque estos resultados aventuran que en las elecciones municipales y autonómicas de dentro de un año podrían perder muchos feudos importantes, entre ellos Madrid y Valencia, y mucho menos puede estarlo el PSOE, que ha tenido el peor resultado de su historia con sólo el 23% de los votos. Estos resultados tendrán consecuencias en ambos partidos, más inmediatas y visibles en los socialistas.
Los denominados partidos "pequeños" han tenido un buen resultado, salvo Vox. La gran sorpresa -no detectada por ninguna de las encuestas publicadas en las semanas anteriores a las elecciones, lo cual confirma la poca fiabilidad de las mismas- ha sido Podemos, una formación situada a la izquierda de la izquierda, que ha recogido todo el voto antisistema de movimientos tipo 15-M, así como a los desencantados del ala más izquierdista del PSOE, porque no parece que de IU se hayan ido votos a este partido liderado por Pablo Iglesias. UPyD sigue creciendo poco a poco y Ciudadanos, el partido de Albert Rivera, ha tenido un buen resultado en su primera prueba a nivel nacional, aunque paradójicamente no ha sido tan bueno allí donde nació, en Cataluña.
Interesantes son también los resultados en esta Comunidad Autónoma, donde ERC ya ha adelantado a CiU, algo que debería hacer reflexionar a los dirigentes y militantes de esta coalición nacionalista que lidera Artur Más. En el País Vasco, el PNV ha sido el partido más votado en el conjunto de la Comunidad Autónoma, pero los amigos de ETA, Bildu, han sido primera fuerza en Álava y Guipúzcoa. En ambas Comunidades, Cataluña y Euskadi, el PP y el PSOE tiene unos muy mediocres resultados. Y en Navarra, Bildu ya se encarama a la segunda posición, muy por delante de los socialistas y a una corta distancia del centro derecha conformado por Unión del Pueblo Navarro y el PP.
El mapa electoral que ha quedado dibujado tras las elecciones del domingo anuncia que puede haber cambios importantes de cara al futuro. El bipartidismo PP-PSOE queda muy tocado; los partidos de izquierda recuperan fuerza y los nacionalistas consolidan posiciones. Si el PP quiere seguir gobernando España dentro de año y medio mucho tendrá que cambiar para intentar, sino repetir, acercarse a la mayoría absoluta de la que ahora dispone. Si no lo consigue, un frente de izquierdas con el apoyo de los nacionalistas se instalará en el gobierno de la nación.