Actualizado 24/09/2010 14:00

Charo Zarzalejos.- Acuerdo para la huelga

MADRID 24 Sep. (OTR/PRESS) -

Ayer, el ministro de Fomento no pudo tener palabras más amables para los sindicatos. Se había logrado el acuerdo, por primera vez en la historia, sobre los servicios mínimos, lo cual indica, según enfatizó el ministro, el alto grado de responsabilidad de los convocantes de la huelga del día 29. El ministro, que no pierde oportunidad de alabar a los convocantes, puso encima de la mesa la cuestión que, al final, va a ser esencial que no es otra que la validez del acuerdo alcanzado. Se pretende que sea referente para las comunidades autónomas que precisamente por ser autónomas tienen un amplio margen para negociar determinados servicios mínimos.

Se ha puesto mucho la atención en los vuelos internacionales y en el AVE pero el grueso de ciudadanos nos movemos en autobús o en metro. Son estos transportes y no los vuelos a Nueva York o a Paris los que van a determinar el alcance de la huelga. Bienvenido sea el acuerdo, pero no hay que lanzar las campanas al vuelo. Lo determinante serán los acuerdos que se alcancen en las grandes ciudades y, sin duda, el respeto a lo acordado.

Los dirigentes sindicales se han mostrado en desacuerdo y rechazan de antemano los piquetes violentos, pero los habrá y no hace falta que haya violencia física para que ante un piquete quien quiera trabajar se sienta coaccionado. Conciliar derechos no es fácil pero es la esencia de la democracia. Permitir el derecho al trabajo de aquellos que así lo deseen sería un punto de prestigio para los sindicatos convocantes. El "ejemplo de responsabilidad" que según el ministro de Fomento han tenido los sindicatos al firmar el acuerdo de servicios mínimos quedaría en agua de borrajas si el acuerdo no se cumple en su integridad.

La huelga del día 29 y salvo acontecimientos que nadie desea, está ya amortizada. Al Gobierno le preocupa lo justo. No dejará de ser un mal rato pero poco más. Los sindicatos, por su parte mantienen unas expectativas perfectamente descriptibles y la de los ciudadanos resultan indescriptibles por inexistentes. ¿Alguien cree de verdad que la huelga va a servir para algo, que se va a modificar alguna política?.

La reforma laboral va a seguir sus pasos y solo es posible que la huelga tenga alguna incidencia en el capítulo de las jubilaciones. Lo que no va a ocurrir de ninguna de las maneras es que el Gobierno se desdiga de la política emprendida y que el Presidente se ha comprometido a mantener en su reciente viaje a Nueva York. Son los propios sindicatos quienes auguran que la jornada del día 29 va a quedar en tablas y sospechan que algunos titulares están escritos de antemano pero más vale no hacer profecías. Bastaran las tres primeras horas de la jornada del día 29 para que todos se lancen a valorar la convocatoria. Lo importante será el día después.

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