MADRID 24 Sep. (OTR/PRESS) -
En las últimas horas, entre el miércoles y el jueves, han quedado resueltas cuatro incógnitas que venían pesando sobre el Gobierno en las tareas pendientes antes de que acabe el año: Se han resuelto cuestiones como los servicios mínimos en el transporte durante la huelga del día 29, el apoyo a los presupuestos generales, la subida de la luz en un 4,8 por 100 de media, desde el primero de octubre, y ha quedado más o menos definido el incremento fiscal para el año que viene, para las rentas más altas, superiores a 120.000 euros anuales.
No es que con estas cuestiones resueltas hayan acabado todas las aún pendientes hasta final de año: está sin resolver la decisión sobre el silo nuclear, queda por ver el ajuste de gobierno al que forzará la marcha de Celestino Corbacho, queda por ver el resultado de las elecciones autonómicas catalanas del 28 de noviembre, está por ver el resultado de las elecciones primarias socialistas madrileñas, del 3 de octubre, y si forzarán a otro relevo en el Gabinete, y en grandes materias nacionales, el debate sobre las pensiones, con un probable reforzamiento de los ingresos para que el sistema tenga más años de vida por delante... Pero no hay duda de que esas cuatro incógnitas de las últimas horas aportan una cierta tranquilidad al Gobierno. Sobre todo, el apoyo "adquirido" al PNV, por la módica cantidad de 472 millones, que será el coste de la transferencia a Euskadi de las políticas activas de empleo. Ha tardado mucho en cumplirse este contenido del Estatuto Vasco de Guernica, pero finalmente, ha forzado a su consecución la necesidad de que el grupo socialista contara con el apoyo de otro grupo parlamentario, el PNV, para superar el escollo de los presupuestos para el año que viene, y prácticamente para la legislatura restante. Ya se puede garantizar que las elecciones generales siguientes se celebrarán "en fecha", cuatro años después de las anteriores, y que el dificilísimo segundo mandato de Zapatero llega a su término, a pesar de tantos malos augurios y deseos de derribarlo. No debe sorprender que, en esta situación, el presidente haya vuelto a hacer exhibición de su bien conocido optimismo: en declaraciones efectuadas a una cadena de TV norteamericana, Zapatero ha dado por concluida la recesión, ha dado garantías de que no se volverá a los números rojos del PIB, y ha anunciado que la recuperación ya es imparable. Lo de repescar para nuevos empleos a los parados, es una tarea más lenta, pero que no excluye que se empiece a producir en los próximos meses.
Este viernes, el Gobierno aprobará el proyecto de ley de los presupuestos que remitirá de inmediato al Parlamento para su debate y aprobación. Son unos presupuestos cuya letra pequeña aún deberá ser consensuada con el PNV, y que deberán tener en cuenta los criterios de la Comisión Europea para ser aprobados, previamente, por las autoridades de Bruselas. Y no resultarán de fácil aplicación: sobre ellos recaerá la parte más severa del recorte del gasto público, para lograr el ajuste previsto: que el déficit se reduzca en tres puntos, del 9 al 6 por 100. El tramo siguiente, en los presupuestos de 2012, deberán reconducir a los niveles aceptables del 3 por 100, o menores. Y entonces sí, es probable que hayamos dicho adiós definitivo a la maldita crisis-recesión y pérdida de capacidad económica de los españoles y de España. Es decir, quedan un par de años malos o muy malos...