A vueltas con España.- Primarias sin entusiasmo.

MADRID, 20 Ene. (OTR/PRESS) -

Noviembre está llamado a ser el mes de 2014. Todos miran a noviembre, empezando por Artur Mas con su '¿quiere usted que Cataluña sea un Estado?'. También el PSOE, que elegirá a finales de ese mes a su candidato a presidente del Gobierno. Pero antes de que llegue el día habrán pasado muchas cosas en España y en el propio PSOE, empezando por otras primarias a escala autonómica y local, pasando por unas elecciones europeas y terminando por una consulta de autodeterminación en Cataluña o su hipotética alternativa de unas elecciones anticipadas, plebiscitarias. Y todo ello, claro, siempre que a Mariano Rajoy no se le ocurra adelantar las elecciones generales, porque si lo hace desbarataría todas esas cosas, salvo las europeas.

Ha habido consenso en el PSOE para sus planes electorales internos pero Carme Chacón -una probable aspirante a candidata- ya ha empezado por cuestionar el modelo de censo de las primarias. En todo caso, consenso, sí; pero entusiasmo, poco. Y sensación de lío, tal vez demasiada, tratándose de una criatura democrática se supone que bienintencionada. Algo le falla al PSOE, algo le falta a Rubalcaba. Algo va mal entre los nietos y bisnietos de Pablo Iglesias.

Atrás, muy atrás, queda el efecto Borrell. Aquel atractivo socialista catalán que había devuelto el ánimo, la alegría al espíritu -como diría Luis Yáñez- y la sonrisa a miles de socialistas en toda España. Rubalcaba ni siquiera ha dicho si se presenta. ¿Acaso seguirá los pasos del ex líder de los socialistas gallegos, Pachi Vázquez, que también luchó por unas primarias a las que no quiso presentarse?

Si Rubalcaba, Chacón, Patxi López, Eduardo Madina o Juan Fernando López Aguilar dan un paso adelante deberán conquistar el voto de los 200.000 militantes del PSOE y de todos aquellos españoles comprometidos con la socialdemocracia y mayores de 16 años que quieran votar a cambio de pagar dos euros. Jamás sucedió nada igual en la historia de los grandes partidos en España, pero el entusiasmo reluce poco. Algo va mal.