Publicado 07/03/2024 08:01

Antonio Casado.- Juego de 'troncos'

MADRID 7 Mar. (OTR/PRESS) -

A finales del siglo XIX ("Los males de la Patria", 1890) Lucas Mallada escribió largo y tendido sobre la inmoralidad pública reinante en aquella España que se iba aproximando a la depresión colectiva del 98. Sorprende la vigencia de tan educativa lectura como aldabonazo frente a la incapacidad del sistema para atajar el mal de la corrupción.

Una de las dos expresiones más utilizadas entonces por Mallada para referirse a este endémico mal español era el "desbarajuste administrativo". La otra, "pandillaje político". Y en esta segunda me centro porque me remite inevitablemente al culebrón de moda en el ecosistema político y mediático de nuestros pecados.

Me refiero al llamado caso "Koldo". Todos los detalles que vamos conociendo, mayores y menores, nos trasladan las andanzas de una tribu de compadres compinchada para desviar el curso del dinero público hacia sus bolsillos particulares. Entre colegas anda el juego. Cosa de "troncos", amiguetes empotrados en las esferas del poder por la mañana y disfrutones del sexo recreativo y otras francachelas por la noche ("Siempre me llamas cuando estoy con tías"... ufff). Como el inefable Luis Roldán, como el tito Berni, o aquel chófer del director general de Empleo de Andalucía (caso ERE), que reconoció hasta 20.000 euros en cocaína.

Algún día uno de nuestros cineastas le dará forma y guion para llegar a las pantallas con el nombre de "Juego de troncos". Y seguro que la película nos ayuda a entender mejor el culebrón de las mascarillas. Como antídoto contra la corrupción será más esclarecedor que las forzadas explicaciones oficiales sobre lo ocurrido con las comisiones ilegales por la compra de mascarillas en 2020, las que sirvieron para redondear el patrimonio particular de unos pícaros organizados a la sombra de un "conseguidor" empotrado en las estructuras del poder.

Abochorna la pobreza argumental que sale enlatada de la Moncloa para achicar la inundación que -ya incontenible, a mi juicio- le está llegando al cuello a los principales actores políticos del culebrón : Pedro Sánchez, al frente del Gobierno central; José Luis Ábalos, como todopoderoso ministro de Fomento (el poder inversor del Estado en sus manos) y la presidenta de Baleares, Francina Armengol.

Un alto funcionario destituido del cargo (Puertos del Estado) por "pérdida de confianza" (¿Cuatro años después de perpetrar la fechoría?). Una presidenta del Congreso que, en pleno siglo XXI, culpa a la "insularidad" (Baleares) de que las mascarillas tardasen en llegar. Un ministro contrariado porque el PP se centra en el caso Koldo y deja de interesarse por la amnistía. O, en fin, un presidente del Gobierno que, en vez de responder a la sencilla pregunta de "¿Lo sabía usted?", arremete contra el preguntante y desempolva el historial de corrupción del PP...(Continuará).

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